TSte ha hablado de atraco en los últimos días. Añadiría más: desvergüenza, indecencia, mentira, hipocresía. La última gran fechoría cometida contra Extremadura se ha decidido en Bruselas, el lugar destinado a equilibrar las regiones de Europa, a promover la solidaridad entre ellas y a superar los desajustes que económica y socialmente las distancien. Pero Bruselas, como siempre, como en todo, sólo ha sido el brazo ejecutor de una decisión previamente cocinada en nuestro país. Y es ahí, donde una vez más, han salido a la superficie las miserias y deslealtades de una España insolidaria, mezquina, permanentemente a palos y donde siempre ganan los ricos, los que más gritan o los que dialogan con amenazas. Una España hecha pedazos donde los que más tienen lo tienen gracias a la mano de obra barata que hemos exportado históricamente y que, por lo visto, estamos condenados a tener como único patrimonio.

Mas lo peor no es eso. Lo grave es que siempre hay un argumento para justificar una decisión. Bruselas decide que el corredor mediterráneo de mercancías ferroviarias será el prioritario, desbancando al Eje 16, o sea, el que beneficiaba y privilegiaba, por una vez, a Extremadura. Además, estaba establecido así desde hace más de un lustro. Y nadie había protestado. Pero ahora, con la crisis galopante, las regiones ricas no han querido repartir ni dejar siquiera unas migajas. Lo quieren todo para ellas. Con la aquiescencia y aplauso de un Gobierno de España que sólo cree en una parte de España y en unos cuantos españoles. Lo indignante es que nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino. Hace unos meses, cuando el Gobierno de Extremadura se movilizaba para reivindicar el Eje 16, algunos políticos lo criticaban diciendo que no hacía falta porque eso ya estaba hecho. A favor, se entiende. Son los mismos que hoy dicen que no es para tanto, que no hemos salido tan mal parados. No hay más que echar un vistazo a los medios de referencia de estos políticos o a los medios de la costa mediterránea para darse cuenta de que hemos sido literalmente atracados.

Hace apenas una década teníamos en lontananza el AVE y el Eje 16, con lo que supondría de progreso y desarrollo para Extremadura y Badajoz. Hoy, los que prometieron el AVE para el 2010 son los mismos que aseguran que hemos salido ganando. Y tan tranquilos.