Muchos amigos árabes, especialmente marroquíes, se quejan de que un país como España, que presume de estar luchando contra todo tipo de discriminaciones, mantenga en ciertas regiones las fiestas de Moros y Cristianos . Yo les explico, por activa y por pasiva, que eso es una tradición moderna y que no conmemora en la mayoría de los casos la conquista cristiana de un pueblo, sino la victoria contra el ataque de los piratas berberiscos, que eran moros , pero con otras connotaciones. Y les pongo el ejemplo de Badajoz.

Resulta que no hay, si no estoy mal informado, ni en España, ni en Portugal, ninguna otra ciudad donde se haya comenzado a conmemorar recientemente su fundación por los árabes. Ha sido una idea excelente y tiene más trascendencia de lo aparente. Pone a nuestra población, y a nuestra región, como ejemplo de tolerancia. Ya era hora de asumir la Historia con naturalidad. Pero, cuidado, esto sólo es así si no desvirtuamos la fiesta, convirtiéndola en una catetada localista. Entiendo la preocupación del ayuntamiento por evitar el crecimiento de los gastos, pero no sería de recibo ir adulterando la conmemoración hasta hacerla transmitir un mensaje contrario. Vamos, volver a los moros y cristianos .

Lo que no le digo a mis amigos marroquíes es que aquí, ahora, se sabe más o menos quién fundó la ciudad --eso es un avance--, pero se desconoce su pasado islámico. Que por aquí pasaron los califas Abd al-Rahman III y su colega almohade Yaqub I . Que hubo otros reyes además de los aftasíes. Que los soberanos de Marraqués cuidaron con especial mimo la defensa de la frontera noroeste de su inmenso imperio, o sea, parte de la actual Extremadura. Sin saberlo, promocionaron nuestro turismo construyendo los motivos para visitarnos: un montón de castillos y alcazabas, entre otras cosas. Parece mentira que la estatuitis municipal se haya olvidado del culto rey al-Muzafar , segundo de los aftasíes, que ha pasado a la Historia por su cultura. ¡Imagínense, un batalyusí entre los reyes más famosos de su tiempo sin haber competido en el certamen de Mister España, ni ser cortador de jamón, ni jugar en el Cerro de Reyes, ni cantar en Eurovisión! Inconcebible.

Por cierto, bonita la estatua de San Vicente de Paúl. Sólo le encuentro dos defectos: es un poco pequeña, pero mayor que el ninot de Godoy. No sé, no sé.