Ejemplos de ríos navegables a su paso por ciudades existen muchos y en la mayoría de los casos son recursos turísticos que los visitantes incluyen en sus planes de ocio. Obligado es contratar un recorrido e incluso una cena por el Sena cuando se viaja a París, por el Moldava cuando se visita Praga o por el Amstel en Amsterdam. Sin ir más lejos, esta opción también existe en Sevilla por el Guadalquivir, y en Zaragoza se programó en el Ebro, que hubo que dragar y cuyo caudal hubo que regular con motivo de la Expo del 2008, dedicada al agua.