El mediometraje El mundo entero, del cineasta pacense Julián Quintanilla y protagonizado por Loles León, es una de las 35 cintas preseleccionadas para competir en la categoría de cortometrajes en la 32 edición de los Premios Goya, cuya gala se celebrará el 3 de febrero del 2018. La Academia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas dio ayer a conocer el nombre de las cintas precandidatas, que los académicos podrán votar durante las próximas semanas para decidir cuáles serán las que opten finalmente a estos galardones. El mundo entero está incluida en la modalidad de ficción junto con otros 14 cortos; en las de animación y documental se han preseleccionado 10 en cada una.

La noticia llega después del «éxito» cosechado por el director pacense en el estreno del mediometraje en Hollywood, que tuvo lugar en la sala Spielberg del Cine Egipcio de Hollywood Boulevard, donde el director y la actriz protagonista estuvieron acompañados por actores españoles como Goya Toledo y Miguel Ángel Muñoz, entre otros. La gran afluencia de público hizo que la sala se quedara pequeña y que algunos espectadores tuvieran que ver la película sentados en las escaleras o incluso de pie.

Tras la proyección de la cinta, que acumula ya 28 galardones en festivales de medio mundo, el último en Santa Fe (Nuevo México), Julián Quintanilla y Loles León participaron en un coloquio, que se alargó mucho más de lo previsto por el interés que despertaron ambos entre los asistentes. Al día siguiente, y tras el éxito logrado en la primera proyección, hubo una segunda en otro cine de Los Ángeles, a la que acudieron otros profesionales del sector como la actriz Laura Bayonas y los cineastas Michael Hilf y Santiago Paladines.

El mundo entero, rodado en la barriada de San Roque, está cualificado para los Premios Oscar y se puede ver todos los jueves (20.30 horas) en el cine MK2 Palacio de Hielo de Madrid. La cinta es un homenaje a la madre del director, la Chary, una mujer luchadora y carismática que se enfrentó a los prejuicios de la época, pero también al barrio de San Roque y a sus vecinos, donde Julián Quintanilla se crió y por el que, como el mismo ha reconocido en multitud de ocasiones, siente debilidad.