El miedo se fue contagiando, el pánico se apoderó de la gente, que huía despavorida, la mayoría sin saber por qué. Fue angustioso". Este testimonio se repite entre quienes la medianoche del Viernes Santo se encontraban en la plaza Alta y su entorno acompañando en procesión a la Virgen de la Soledad. Minutos antes de las doce, cuando la imagen estaba a punto de atravesar el Arco del Peso, un fuerte estruendo provocó una estampida entre el público, que se saldó con varios heridos de carácter leve, algunos de ellos con contusiones y otros por crisis de ansiedad.

Según la policía local, fue un hombre en estado de embriaguez quien golpeó una puerta metálica en la calle San Pedro de Alcántara. El ruido asustó a parte del público que seguía la procesión, que empezó a correr y gritar y el miedo se fue contagiando. Entonces comenzaron a surgir rumores sobre lo ocurrido: una bomba, un incendio, un tiroteo o un derrumbe fueron algunas de las versiones que circularon en los primeros momentos de caos, lo que no ayudó a mantener la calma, sino todo lo contrario.

Los agentes de la policía local que estaban de servicio tuvieron que entrevistarse con varios testigos para poner en pie lo acontecido. El superintendente, Ruben Muñoz, explicó ayer que se estaba tratando de identificar --al cierre de esta edición, sin éxito-- a la persona que golpeó la puerta a través de las grabaciones de teléfonos móviles y de las cámaras de seguridad del entorno. Si se prueba que el responsable del incidente ha simulado una situación de peligro para la comunidad, requiriendo la movilización de los servicios de emergencia, se le podría imputar un delito por desorden público, castigado con penas que van desde los tres meses y un día a un año de prisión.

Gritos, gente corriendo en todas direcciones, empujones, personas caídas en el suelo y aglomeraciones en las calles Moreno Zancudo y Norte (tapiada). Así describen los testigos la situación de caos y miedo que vivieron. "La plaza estaba abarrotada, fueron solo unos minutos, pero de gran tensión", recordó Rebeca Porras, periodista de Badajozdirecto.com , que se encontraba cubriendo la procesión. "Lo que más me impresionó fue ver a personas mayores tiradas en el suelo y a las madres tratando de salir de allí con los carritos de sus hijos", contó.

La procesión la seguían miles de personas --entre 5.000 y 6.000, según algunos miembros de la hermandad--. "Ha podido ser una tragedia", reconoció el hermano mayor de la Soledad, José Blanco, que este año se estrenaba en el cargo. Apesadumbrado aún por lo ocurrido, ayer por la mañana daba gracias de que el incidente no hubiese acarreado heridos de gravedad. El fue uno de los que logró mantener la calma, cedió el megáfono con el que se iba rezando el rosario a un mando de la policía local para que explicara lo sucedido y tranquilizase al público, y ordenó a los costaleros hacer un cordón alrededor del paso de la Virgen para protegerlo. También acudieron a ayudar los costaleros del Santo Entierro. Aunque el estandarte de la hermandad acabó el el suelo y se tiraron algunos faroles, la Soledad no sufrió daños.

Antonio García Salas, costalero de la Soledad, explicó que bajo el paso ni él ni sus compañeros escucharon el estruendo, sino que se percataron de que algo sucedía al escuchar el tumulto. Ningún costalero se movió de su puesto, aunque sí hubo muchos nazarenos que abandonaron la plaza a la carrera, "algo muy comprensible", según la hermandad. Algunos se refugiaron en la iglesia de la Concepción, que abrió sus puertas. "Fue un momento de confusión, eran ríos de gente corriendo y chillando", describió Fran Reyes, nazareno mayor. Como él, miembros de la cofradía rememoraban ayer otro suceso similar vivido en 1989, cuando al paso del cortejo por Francisco Pizarro el golpe a las chapas de una obra provocó también una estampida.

Pese al incidente, el cortejo se recompuso en apenas 15 minutos y la procesión pudo continuar con normalidad para realizar la Estación de Penitencia y regresar a la ermita. La cofradía mostró ayer su deseo de contactar con las personas que resultaron heridas para "tener un detalle con ellas". Además, celebrará una eucaristía el 31 de marzo (20.00 horas) para dar las gracias a la Virgen porque el incidente se haya saldado sin consecuencias graves.