El imputado por un delito de torturas a dos cachorros de perro, con el resultado de uno de ellos muerto y otro vivo, pero consuecuelas importantes, niega ante el juez de Badajoz haber maltradado nunca a ningún animal. Esta afirmación se contradice con su declaración ante la Guardia Civil y el juez de Instrucción en octubre de 2009 cuando fue detenido.

Para explicar esta contradicción, declara que no recuerda estas palabras y que si lo hizo, "fue bajo presión de la Guardia Civil", cuyos agentes aseguran que el "trato fue exquisito" y ratifican la confesión, en la que detalló que maltrató a los cachorros con unas tijeras quirúrgicas y que, posteriormente, los arrojó a un contenedor de basura.

El juicio contra este presunto torturador presunto torturadorse ha iniciado sobre las 9 de la mañana en el Juzgado de lo Penal número 2 de la capital pacense, cuya puerta se encontraba atestada de ciudadanos y miembros de asociaciones proteccionistas.

En octubre de 2009, una vecina de calle Antonio Ayuso Casco descubrió, en un contenedor de basura, una caja de cartón, que contenía dos cachorros de perro vivos, pero gravemente mutilados.