Un amor’ es el título con el que el escritor Alejandro Palomas ha ganado el Premio Nadal 2018. Ayer, en la Feria del Libro de Badajoz, confesó que se presentó sin contárselo a su agente, a la que solo se lo dijo cuando supo que estaba entre los finalistas. «Esto me costó un poco de bronca, pero gracias a Dios lo gané, porque sino hubiera tenido un problema», contaba entre risas.

Amelia y sus tres hijos Enma, Silvia y Fer vuelven a ser los protagonistas de su novela, que también, como las anteriores, transcurre en 24 horas. «Es un poco la familia de todo el mundo», explicaba el autor. Él, después de cinco años junto a estos personajes, reconoce que ya convive con la suya propia y la ficticia por igual.

Para Alejandro Palomas «el sentido del humor lo es todo en mi vida y también en mi ficción». Por eso, asegura que quiere llegar a sus lectores a través de la risa, «porque si solo llegas a ellos mediante el drama, es muy cansado», afirmaba durante su encuentro con la prensa. «No hay nada que me guste más que reírme. Si no comparto la risa con alguien, ya no comparto nada», aseguraba el autor, que es de los que piensa que cuanto más al sur, «más sentido cómico y lúdico de la vida tiene la gente».

De su libro se ha dicho que es una «novela de buenos sentimientos». A él le gusta. «Hay gente a la que le da mucho miedo de hablar de buenos sentimientos, porque parece que quiere decir que es caer en el buenismo y lo abarata, pero creo que debería ser al revés». Defiende que las emociones se deben mirar desde un punto de vista positivo y cree que en la sociedad hace falta más psicoanálisis y menos ruido.

Además de la familia real y la literaria, Alejandro Palomas tiene otra: sus lectores. «Si no tengo lector o lectora, yo no existo, no tengo sentido, con lo cual cuido mucho eso. Necesito saber quiénes son, cómo quieren que llegue e incluso como me tocan, un abrazo. Cuando escribes estás muy solo y nuestra forma de llegar es ese contacto».