"Fue un momento mágico de mi vida cuando bailé 20 años atrás con aquellas mujeres en la Gran Muralla. Cerré los ojos y perdí la conciencia de dónde estaba, solo percibí sentimientos". Julio Iglesias, casi septuagenario, conserva su sonrisa nívea, su tez tostada y su capacidad para rendir a la audiencia. El artista estuvo en Pekín la semana pasada para recoger dos premios: el Guinness al artista latino con más discos vendidos y la distinción al artista internacional extranjero más popular en China. El primero está apuntalado con cifras: 300 millones. El segundo ofrece dudas, al menos en la actualidad.

Julio fue, después de Plácido Domingo, el segundo artista español en actuar en China. Lo hizo en 1971, una década antes que Deng Xiaoping abriera las ventanas. A aquellas mujeres con el pelo cortado a tazón y pantalones maoístas las separa de las pizpiretas jóvenes de hoy en día el mismo abismo que media entre aquel enmohecido país y la cuarta potencia económica actual de arrogantes rascacielos. "Encontré un país fantástico. Es increíble su crecimiento. Ahora que veo el progreso, me doy cuenta de que mis deseos sobre China se han cumplido", razonó.

COREA DEL NORTE El exportero del Real Madrid frecuentó en los años 80 las galas de la televisión pública china, y años después se congratuló de que los estudiantes revolucionarios en Tiananmen (en 1989) llevaran sus discos bajo el brazo y no los de Bruce Springsteen. Julio es célebre entre los que fueron jóvenes entonces. Goza de fama también en la cosmopolita Hong Kong porque Choi Ling Ling, una cantante local, interpreta en mandarín algunas de sus canciones. "Me encanta su pasión", reconoce un cuarentón que se hacía traer sus discos desde EEUU. La juventud actual conoce más a artistas latinos como Shakira, Jennifer López o Ricky Martin.

Julio es el único artista español en las estanterías de una tienda de música de Wangfujing, una avenida de la capital. Los dos cedés de su último álbum se venden al sospechoso precio de 40 yuanes (4,8 euros). "Hemos tenido sus anteriores discos. Se venden bien, aunque son siempre los clientes más mayores quienes se los llevan", dice la vendedora. "No estoy de moda, pero soy popular", asumió en la rueda de prensa Julio.

El artista promocionó en China su gira asiática, que también le llevará, acompañado de su mujer e hijos, a Filipinas, Singapur, Taiwán y Corea del Sur. "Iré a Corea del Norte si me invitan", prometió.