TSter embajador significa estar de vacaciones gratis total y de forma permanente. En España somos muy dados a premiar o a quitar a alguien del medio nombrándolo embajador, como si fuera un castigo cuando, en realidad, se trata de un dorado retiro. A los diplomáticos de carrera los mandan a donde sea pero a los políticos o cargos públicos, cuando ya no se sabe qué hacer con ellos pero tampoco se les quiere humillar, les dan una Embajada. Supongo que eso ocurre así en todos los países del mundo. Incluso en Portugal. Para un embajador de Portugal vivir en Madrid y pasearse por España, codeándose con el líder planetario y disfrutar, en vivo y en directo, de las mieles de un país en permanente bronca y fiesta, tiene que ser una experiencia religiosa. Diría más: alucinante, trascendental, sobrecogedora.

En uno de esos viajes por las Españas, el señor embajador de la República de Portugal, Alvaro Mendoça e Moura , un tipo simpático, supongo, instruido, imagino, y viajado, sospecho, ha dicho que en el 2013, o sea, en el año 2013, "un pasajero tomará el AVE en Lisboa y se bajará en Madrid". Dicen las crónicas que, al afirmarlo, fue "taxativo" (o sea, que no admite discusión). Interesante, el sujeto. Y osado. A veces, algunos políticos o responsables públicos se sienten tan a gusto frente a un auditorio que, calentándoseles la boca, se crecen y pueden llegar a decir una gran tontería.

No haremos mucha sangre con el señor embajador de Portugal aunque nos haya tomado por tontos. Simplemente, le pediremos que si quiere quedar bien con sus anfitriones se limite a sonreír y a decir lo bonita que está Extremadura y lo bien que se come aquí. Y, si quiere hablar de política, que se documente y así sabrá que, hoy por hoy, es absolutamente imposible que su predicción se cumpla. Apenas tienen en Portugal algún estudio informativo en proceso y, en Extremadura, ni siquiera se ha puesto una traviesa de la vía. Léase, por ejemplo, las proyecciones presupuestarias españolas que lo retrasan, como poco, hasta el 2014 y sin estación alguna en proyecto.

A no ser, claro está, que lo que intentara decir el buen señor es que si no hay tren de alta velocidad para esas fechas no será por culpa portuguesa. Si es así, hay que reconocer que tiene todas las hechuras para ser un gobernante español. O para contar chistes.