Con el vaciado del contenido comenzaron ayer los trabajos para el derribo de las tres últimas casas que se mantienen en pie frente a los jardines de la Galera y la Torre de Espantaperros de Badajoz. Posteriormente serán retirados los materiales de amianto por una empresa especializada, antes de proceder a tirar las viviendas, en las que solo permanecía una familia, que ya se ha marchado. La Inmobiliaria Municipal (Inmuba) había adquirido su casa a finales del 2018 y los ocupantes tenían de plazo hasta junio pasado, pero han alargado su estancia.

Estos edificios son los últimos que aún no habían sido derribados en las dos manzanas de El Campillo donde Inmuba va a construir la mayor promoción pública del plan de recuperación de este área degradada, integrada por 35 viviendas. La previsión era que el derribo se acometiese en diciembre, pero se aplazó hasta después de las fiestas navideñas para no afectar al turismo La misma empresa a la que Inmuba ha adjudicado los derribos, con seguimiento arqueológico, se encargará del vallado perimetral de la parcela donde se construirán las nuevas casas, que servirá de soporte de murales decorativos de este entorno, a petición de la Concejalía de Turismo. La inmobiliaria prevé comenzar a construir las nuevas viviendas antes de que termine este año.