Con la colocación de la primera piedra por el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y el alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, se inició ayer el proyecto de desdoblamiento del primer tramo de la carretera de Badajoz a Cáceres, EX-100, y a San Vicente de Alcántara, EX-110, de 5.509,402 metros de longitud entre Marchivirito y el cruce de San Vicente. El desdoblamiento de esta vía, con un tráfico de 14.000 vehículos diarios, es uno de los dos pendientes para que la ciudad tenga unos accesos adecuados --el de la carretera de Valverde ya está presupuestado--.

El acto tuvo lugar junto a la Escuela de Ingenierías Agrarias. En él intervinieron, además del presidente de la Junta y el alcalde pacense otras autoridades, que fueron depositando en una urna elementos como monedas o ejemplares de los dos diarios regionales del día, que después quedó tapada con una placa conmemorativa bajo una carpa instalada para dicho acto.

Eduardo Garre, director del proyecto --adjudicado a la unión temporal de empresas Joca-FCC con un presupuesto de 20.437.170 euros--, explicó que ese punto corresponde al acceso directo desde Badajoz al inicio del trazado que conectará en su día como la autovía A-4, de Badajoz a Cáceres. La obra estará terminada en el 2009, pues su plazo de ejecución es de 30 meses.

EXITO DE LA PLATAFORMA Ibarra afirmó que esta infraestructura responde a criterios de "crecimiento económico y urbanístico de Badajoz como la gran ciudad de Extremadura". Celdrán, por su parte, expresó su "satisfacción" por ver cómo se ponía en marcha "esta obra tan demandada y de suma importancia para el desarrollo industrial de la ciudad que además está regulada en el nuevo plan urbano. Y señaló que la futura autovía servirá para tener un "planteamiento logístico y urbanístico" de Badajoz más adecuado a sus proyectos de futuro, contribuyendo así al desarrollo y evolución de toda la región". Además de que "resuelve un problema con la colaboración entre las administraciones". El alcalde recordó que por esta vía circulan todos los días los 3.500 militares de la base de Bótoa.

El presidente de la Junta enlazó el desdoblamiento con la futura autovía, cuya necesidad basó en garantizar el éxito de la plataforma logística que se construirá Caya, y "que requiere un determinado nivel de población", que se alcanzará con Cáceres, otras ciudades del suroeste y Portugal. Pero, además, facilitar el transporte y la distribución de mercancías a empresas como El Corte Inglés entre Madrid, Sevilla, Badajoz y Portugal. Y también para dar viabilidad al futuro aeropuerto de Cáceres, con el fin de que esa misma población permita la actividad de las compañías de bajo coste.

Ibarra recordó que en el 1987 la Junta arregló esa carretera, "entonces por motivos psicológicos" y para "acabar con el espíritu del kilómetro 40", mientras que hoy se aborda con otros criterios enfocados al desarrollo, pues permitirá a Badajoz tener acceso desde el norte.

El PP recordó en un comunicado que llevaba en su programa la autovía Cáceres-Badajoz y que la misma "podría estar más avanzada si la Junta no se hubiera negado" en su momento, pues "si hubiera hecho caso al PP, hoy se habría inaugurado esa vía". También recordó que el PSOE "llegó a decir que la autovía era una insensatez". El PP aclaró que Ibarra habló de autovía, cuando la obra es de desdoblamiento de un acceso.

Por otro lado, el tramo objeto del proyecto de desdoblamiento contempla seis glorietas, un tramo urbano con carril-bici y acerados y otro interurbano a partir de los semilleros de empresas, además de tres vías de servicio para dar acceso a diversas industrias de la zona.

Las estructuras más importantes son la ampliación del paso sobre el ferrocarril, el nuevo viaducto sobre el Gévora, quedando el actual para la calzada derecha, así como el paso inferior del ramal de enlace con la EX-110 y el marco que permitirá el cruce a distinto nivel de la reposición de la Cañada Real de Sancha Brava con el presente desdoblamiento.