Ha sido director general de la Policía hasta junio del año pasado y, con anterioridad, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Badajoz. Ocupó el cargo de delegado del Gobierno en Extremadura y fue elegido diputado por el PP en el Congreso hasta en tres ocasiones. De todos sus discursos e intervenciones públicas, que han sido muchísimos, quizá el que pronuncie esta noche sea el más íntimo y seguramente el más «complicado», según él mismo reconoce. Germán López Iglesias (Badajoz, 1950) ofrece el pregón oficial de la Semana Santa de Badajoz organizado por la Agrupación de Hermandades y Cofradías en el teatro López de Ayala. El acto comenzará a las a las 20.30 horas y será introducido por el vicario general de la diócesis, Mateo Blanco. Además tocará la Banda Municipal de Música dirigida por Vicente Soler, la Agrupación Voces Corales por Anía Cuartero y cantarán Juan Ledesma un policía nacional que es tenor, y María Veiga Piriz, a propuesta del propio pregonero.

-Ahora está dedicado a dirigir la campaña del PP en la provincia para las elecciones generales, autonómica y municipales. El pregón será un respiro en su intensa actividad política.

-Como me lo pidieron en Navidad y no podía negarme, poco a poco lo he ido haciendo y ya es cuestión de decirlo lo mejor que pueda y que me salga. Es complicado porque cuando tienes que hablar de turismo, urbanismo o de política te refieres al presente, pero en un pregón hablas del pasado, del presente y del futuro.

-¿Cuál es su vinculación con la Junta de Cofradías?

-Nunca he tenido ningún cargo en ninguna hermandad. Pertenezco a la cofradía de las Descalzas desde que era pequeño, alentado por algún familiar, y siempre he seguido ahí, primero colaborando y saliendo de nazareno como un hermano más y, ya de adulto, con la vara del ayuntamiento o representando a la institución en la que en cada momento estuviera. De alguna manera o de otra siempre he estado vinculado, no a la Semana Santa pero sí a hacer Semana Santa, siempre he estado presente.

-¿Qué le supone dar el pregón?

-Me dijeron que siempre tienen en cartera algunas personas que pudieran ser los pregoneros y que en mí pensaron varios años, pero huían del tema político. Le pasó lo mismo a Miguel Celdrán, que no hizo el pregón hasta que dejó de ser alcalde. Cuando me lo pidieron, yo ya había cesado de director general entonces y dije que sí. Para mí significa un orgullo y un honor. Primero porque se acuerden de ti, pues es una representación muy importante de la Semana Santa, y después que crean que soy el mejor para poder hacerlo en este momento. Es una satisfacción personal muy gratificante.

-¿Es el discurso más complicado que ha tenido que preparar?

-Sí, porque puedes pronunciarlos para algún motivo concreto, por una inauguración, una toma de posesión o un reconocimiento. Pero esto es otra historia. Son vivencias que no sabes si se van a entender o no. He intentado ser lo más transparente posible, para que todo el mundo lo entienda, y muy noble, pero dentro de un orden.

-¿Qué significa para usted la Semana Santa?

-Lo fundamental se lleva por dentro, pero externamente es recordar acontecimientos y tradiciones. No cabe duda de que no es solo eso. Una semana al año es lo más importante entre quienes se mueven dentro de la Iglesia. Yo soy católico, aunque quizá no practico lo suficiente, pero suelo participar de los actos de la Semana Santa, viendo sus procesiones y recorriendo sus escenarios, de manera particular.

-¿Y la Semana Santa como fiesta de interés turístico?

-Cualquier fiesta que se celebre en las ciudades o en los pueblos tiene connotaciones turísticas. El turismo son visitas y cuanto más arraigada esté y más nivel tenga atrae a más gente. Por eso el ayuntamiento y la Junta de Cofradías están luchando por conseguir el Interés Internacional y Badajoz se lo merece. Yo he ayudado porque esto es un trámite que lleva años y algunos empezamos hace mucho tiempo con un expediente que ahora está a punto de concluir y que esperemos que tenga su resultado.

-Otra aspiración es contar con un Museo de la Semana Santa. ¿Lo cree viable y necesario?

-Lo importante es que surja de la colaboración entre hermandades, cofradías, la Iglesia y el ayuntamiento. Sería rentable socialmente y culturalmente si se implica a quienes de verdad participan en la Semana Santa.

-¿Cómo ha estructurado el relato de esta noche?

-Hablaré del pasado, del presente y del futuro, de mis vivencias durante el tiempo que, por suerte para mí, he estado muy cerca del recorrido de la Semana Santa en Badajoz. No es nada extravagante. Cuando lo escuche la gente dirá que es la Semana Santa que ve todos los años.

-¿Tiene especial devoción a alguna imagen?

-Cuando me han dicho que soy de la hermandad del Cristo de la Espina mi respuesta ha sido que aunque la hermandad se llame así, yo soy de la Virgen de la Amargura. Empecé saliendo con la Virgen y su imagen se me quedó desde pequeño como una fotografía fija.

-¿Algún recuerdo especial que conserve de cuando era niño?

-Sí lo tengo. Yo iba de monaguillo al lado de un estandarte tirando de una cuerda y cuando se detenía el paso y el nazareno lo apoyaba en el suelo, pesaba una barbaridad. El nazareno nos decía que ya tendríamos edad de llevarlo y nunca lo he llevado. Después lo cogí en peso y era inaguantable.

-¿Ha leído a alguien su pregón? ¿A su familia?

-A nadie, porque después me pondrán en duda sobre lo que está bien y lo que no. La duda es mía, prefiero equivocarme yo y que quien lo escuche se acuerde de lo bueno. A unos les gustará más y a otros menos. No puede llover a gusto de todos.