El cuerpo sin vida de un hombre de unos 40 años fue encontrado ayer por la tarde en una casa semiabandonada de San Roque, en la Segunda Travesía de la calle Serrano, una vía estrecha que da a parar a la avenida Manuel Rojas. Al parecer y según la vecina que dio la voz de alarma, el hombre podía llevar muerto al menos una semana. La Policía Nacional confirmó que podrían ser muchos días y baraja una sobredosis o la muerte natural como posibles causas del fallecimiento, en espera de lo que determine la autopsia. El cuerpo, que se encontraba muy hinchado, no presentaba signos de violencia.

El fallecido respondía al apodo de Pachi y se ganaba la vida como aparcacoches en el entorno de Sinforiano Madroñero. También acudía a comer habitualmente al comedor de las monjas. Pachi usaba gafas, tenía una bicicleta que utilizaba a veces y solía ir acompañado de un perro y últimamente, también de una tórtola en el hombro.

Vecinos de la calle declararon ayer a EL PERIODICO que el hombre habitaba en este inmueble, un piso de tres plantas, desde hace más de dos años.

Al parecer procedía de Málaga pero al salir de la cárcel decidió quedarse en Badajoz. Aseguran que estaba metido en la droga "y en la droga se quedó", comentaba un testigo.

El fallecido vivía habitualmente en la planta del medio de la vivienda citada. Cuentan que tenía permiso del propietario del inmueble para ocuparla. Pero su cuerpo fue encontrado en la planta de abajo, sobre un colchón colocado en el pasillo, desnudo y con alguna señal de haber estado consumiendo droga. Entre sus pertenencias, parece ser que se encontró un escrito fechado el pasado día 9, con lo que la muerte le sobrevino después de esta fecha.

DEJO DE ESCUCHAR LA CADENA La vecina que llamó a la policía cuenta que solo lo conocía de vista, pero que no se metía con nadie, "más bien al contrario". Acudía todos los días a la casa y solía salir de noche. Ella sabía que entraba y salía de la vivienda porque oía la cadena de la puerta.

Pero había dejado de oírla y los últimos días empezó a sospechar y a temerse lo peor. Justo hace dos días se acercó a la puerta y sintió de golpe el olor nauseabundo. Hubo quien le dijo que podría ser el perro que acompañaba a Pachi, pero ella ya empezó a sentir congoja y ya ayer por la tarde, sobre las 19.30, acompañada de otra vecina, dio el aviso. Fueron los bomberos del servicio municipal los que abrieron la puerta de entrada a la casa, que estaba cerrada.

Este suceso es el tercero que se produce en la ciudad en semejantes circunstancias. En los últimos cuatro meses han aparecido tres cadáveres en lugares abandonados sin síntomas de violencia. El pasado 25 de mayo fue encontrado en el interior del edificio de la antigua escuela de Ingenieros Industriales, junto al Centro Hermano, el cadáver de un hombre en avanzado estado de descomposición. Posteriormente, el 29 de julio fue encontrado entre las ruinas del fuerte de San Cristóbal el cuerpo sin vida de otro hombre, de 40 años, que también podría llevar muerto más de una semana.