Ventura Cerezo no dudó en ningún momento en llamar a su enfermedad por su nombre. Está operado de un adenocarcinoma de estómago, del cardias. Cuando se lo detectaron estaba «localmente avanzado», según el diagnóstico. Le quitaron parte de esófago y del estómago y el cardias entero. En diciembre se cumplió un año desde que recibió el alta. Le dieron quimio antes y después y ahora se somete cada tres meses a revisiones. Se encuentra bien, aunque «quedan secuelas físicas y mentales, porque tener cáncer es duro, muy duro», pero a pesar de ello nunca ocultó qué enfermedad padecía. «Desde el primer momento lo normalicé, tanto en casa como con los amigos lo dijimos claramente, sobre todo a mi hijo que tenía 14 años y me parecía importante que supiera lo que su padre tenía y que iba a salir de esta». En su opinión, «es muy importante» llamar al cáncer por su nombre para «luchar contra él». Ventura lo hizo con la ayuda de su entorno y de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Tampoco Pepa García ocultó su diagnóstico. Esta maestra del colegio Luis de Morales ha sufrido cáncer de mama y tiene una doble mastectomía. En ningún momento ha disimulado lo que le pasaba, «además he dicho tengo cáncer y todo el mundo me ha ayudado, puede que te miren con lástima, pero eso lo hacemos todos, es como otro tipo de enfermedad y se cura». Reconoce que su peor momento fue al principio «hasta que lo asimilas» y aunque ella siempre llamó a la enfermedad por su nombre y solo tiene mensajes de optimismo para quienes se estén enfrentando a ella, entiende que haya pacientes que no estén preparados y los comprende, porque «cada uno tiene que ir a su ritmo».

Conseguir que el conjunto de la sociedad normalice su relación con esta palabra y dar visibilidad a todas las historias que esconde para poder enfrentarse a la enfermedad desde el primer momento es el objetivo de la campaña de la AECC Llámalo cáncer, que ayer presentó en Badajoz, coincidiendo con el Día Mundial del Cáncer y en la que cobran especial protagonismo los testimonios de los pacientes. Según el doctor Fernando García Urra, presidente del comité técnico de AECC, aún «cuesta mucho decir cáncer» y el motivo es que «por desgracia, iba unido a muerte y sufrimiento y eso no es la realidad: el cáncer es una enfermedad más de la que se puede uno curar y cada día está más cerca la curación completa», defendió.

Coincidiendo con este día salen a la luz los terribles datos del una enfermedad cada vez más frecuente (es la primera causa de muerte por patología) que tiene traducción económica. El cáncer tiene un coste de 19.300 millones de euros, el 398% del presupuesto de Extremadura y el 45% lo soportan las familias. Los pilares de la lucha contra el cáncer son la prevención (que podría evitar al año 55.000 muertes); la investigación (la AECC tiene comprometidos 56 millones en 135 proyectos y Badajoz aporta todos los años 120.000 euros) y, por último, el acompañamiento a los pacientes. Así, la delegación de AECC en Badajoz, que tiene 6.500 socios, prestó apoyo a 3.078 pacientes en la provincia, para lo que ha contado con 657 voluntarios y 9 psicooncólogos, según informó el tesorero, Francisco González, que compareció con el primer teniente de alcalde, Ignacio Gragera, y el concejal del IMSS, Antonio Cavacasillas.