Los cambios poliorcéticos comenzaron a acusarse en los recintos amurallados más importantes de al-Andalús y del área meridional del reino de Castilla a partir de la batalla de Alarcos. Los califas almohades desplegaron todo su poder, que por aquellas fechas era enorme, y ampliaron los fronterizos, subsanando a veces deficiencias ya observadas y que habían facilitado los golpes de mano de Giraldo Sempavor. Un caso paradigmático fue el de Trujillo, situado en un punto muy expuesto de la frontera. A las defensas existentes antes de 1195 se sumaron al menos dos potentes albarranas. Y como, a pesar de todo, el señalado señor de la guerra tomó la plaza, se le añadió a ésta algún elemento más. Precisamente en el punto por donde los asaltantes habían penetrado. Cuando los Unitarios volvieron a reconquistarla, levantaron una tercera albarrana, unida al recinto de la alcazaba por un largo lienzo con dos arcos intermedios, apoyados sobre las obras ejecutadas por Giraldo. Solo fue un caso más.

Hasta hace muy poco no habíamos reparado en un párrafo del cronista Ibn Idari con una mención a unas obras -la cita es muy poco explícita- llevados a cabo en Batalyaws durante el reinado del cuarto califa almohade, Muhammad I al-Nasir -el Miramamolín de las Navas- por un general llamado Abu Yahya ibn Ali Sinan hacia el 600 de la Hégira (= 1203/4). Nunca se habían identificado estas reformas en las fábricas de la fortaleza. Hubo que releer el texto árabe, citado pero no editado completamente por el profesor Ambrosio Huici Miranda, para apreciar cómo efectivamente quedaban señales en algunos puntos de la alcazaba de Badajoz de esas obras, aunque muy poco perceptibles. Se trata de un tercera fase ejecutada por los norteafricanos. A ese momento parece corresponder la erección de la torre de la Atalaya -la de la trasnochada campanita en cuestación-. La primera de planta octogonal levantada en todo el Occidente por arquitectos al servicio de una dinastía musulmana. El asunto merece una reflexión, porque, sin dejar de ser la primera de su tipo constatada aquí, podría aportar información adicional a la fecha de las dos semejantes del recinto de Cáceres y, acaso, de la de algunas partes de ésta cerca.