La mayor parte de los taxistas de Badajoz no se enteró de la agresión que sufrió su compañero hasta ayer por la tarde, cuando lo comentaban entre ellos. Manuel Aguado, presidente de la asociación de taxistas, explicó por teléfono a Gabriel Sierra, un compañero, que los médicos que le atienden le han dicho que "es muy difícil que se salve".

A pesar de los hechos, Sierra afirma que Badajoz es una ciudad muy segura y que "hacía meses o años que no teníamos ningún percance". Lo máximo que puede suceder, según este taxista, es que alguien se vaya sin pagar, por ejemplo, algunos toxicómanos que se suben a los vehículos y piden que los lleven a zonas específicas de la ciudad para "pillar" la droga.

En cuanto a la posición que tomará el gremio para evitar futuras agresiones, Sierra se pregunta, "¿y nosotros qué podemos hacer?, lo que ha pasado allí es muy raro que suceda en Badajoz, porque aquí nos conocemos todos". La única protección que se le ocurre a este taxista es la de poner mamparas.