Héctor Fernández (Madrid, 1972), es miembro de la Asociación de Personas con Enfermedad Mental para la Integración (Aemis) y está diagnosticado de un trastorno psicoafectivo o esquizofrenia paranoide desde los 21 años. Estudiaba Educación Física y "hasta entonces era una persona normal. Esta enfermedad sale de mayor. Llega un momento en que tienes una crisis, te medican, mejoras y cuando cobras conciencia de la enfermedad comparas y entras en depresión", manifestó.

Estuvo tres años sin crisis. En ese tiempo, recuerda, "trabajé en la tienda de mi familia, pero no encajaba y después hice un taller de empleo". Al principio "iba al centro de salud, pero los médicos entonces no tenían formación en salud mental, por eso fui a psiquiatras privados; pero actualmente estoy con la Seguridad Social y a Atención Primaria voy cuando necesito recetas, porque mi médico ya me conoce".

Héctor Fernández explica que "no se está siempre enfermo, hay periodos; recuperas la razón y estás bien. Yo me cogía depresiones enormes porque creía que mis padres estaban en contra mía; sabía lo que era lógico y lo que no, así que ocultaba mis síntomas y el médico lo detectó por otros: la mirada perdida, gestos, sentimientos de desprecio a tu familia".

Una vez diagnosticada la enfermedad, "te dan antipsicóticos y empiezas a reaccionar; enseguida me notaron el cambio mis padres. Yo entré en depresión al tener conciencia de la enfermedad. Es muy duro asumir que has estado pensando de forma tan fuera de la realidad, se te viene el mundo encima. Es una etapa de depresión profunda", según sus palabras.

Dejó los estudios y volvió a Badajoz. Intentó retomarlos, "pero cada vez que lo intentaba entraba en crisis por el estrés de los exámenes". Hoy tiene un contrato de un año en un taller de inserción laboral sobre nuevas tecnologías, y en su opinión, "es un avance que los médicos de familia puedan diagnosticar y tratar; yo ahora no lo necesito, pero es bueno para la inmensa mayoría de los pacientes, aunque los psiquiatras que he tenido me han atendido enseguida".

Así, afirma que "hay casos de depresiones que es necesario que el médico de cabecera te derive, pero otras te puede dar medicación. Creo que es necesario".