Las instalaciones de la Escuela de Hostelería, construida por el Ayuntamiento de Badajoz en la plaza Alta, permanecen cerradas desde el pasado mes de junio, fecha en que la empresa adjudicataria, Cetho, cesó su actividad formativa después de que renunciase al contrato. En estos momentos, transcurridos tres meses, el consistorio todavía no ha decidido las repercusiones de la renuncia ni tampoco cuál será el destino de estas instalaciones, según declaró ayer a EL PERIODICO el teniente de alcalde Alejandro Ramírez del Molino.

Los socios de Cetho (Centro Extremeño de Turismo, Hostelería y Ocio, SL) son los mismos que los de la Escuela de Restauración de Badajoz (ERB) y del instituto de formación Itae. El pasado mes de abril presentaron en el ayuntamiento el escrito solicitando la rescisión del contrato de mutuo acuerdo, ya que el anuncio de la apertura de un escuela de hostelería oficial en Mérida dejaba sin expectativas al centro de Badajoz, que comenzó su actividad un año antes.

REUNIONES Aunque los empresarios han mantenido reuniones con Ramírez del Molino y el alcalde y avisaron en su primer escrito de que la actividad cesaría en la escuela en el mes de junio, todavía no han recibido una respuesta formal y tampoco han sido capaces de mantener un encuentro con responsables del equipo de gobierno del PP para hacerles entrega de la llave. En estos momentos siguen haciéndose cargo de la vigilancia y del seguro del inmueble, para entregarlo en las mismas condiciones en las que lo recibieron.

A los empresarios les llama la atención que ahora se esté pendiente de la apertura de las Casas Coloradas en la plaza Alta y mientras tanto este centro siga pendiente de asignarle una actividad. Incluso han ofrecido la posibilidad de que Itae instale en este edificio su sede para "no dejar colgado" al ayuntamiento.

Como la renuncia se presentó en abril, existían tres meses para el desalojo. La actividad en la escuela continuó hasta el mes de junio, para terminar los cursos de formación del personal del Gran Casino de Extremadura, que ya han concluido.

A fecha de ayer, estos empresarios no habían recibido respuesta del ayuntamiento para entregar las llaves y determinar en qué condiciones se hace.

AVAL PERDIDO La corporación tendrá que decidir ahora si vuelve a sacar a concurso la explotación de la escuela. De momento, no ha decidido la penalización que pondrá a Cetho por haber renunciado al contrato. Esta empresa aportó 18.000 euros como aval, que podría perder.

Ramírez del Molino se limitó ayer a señalar que "estamos pendientes de resolver el tema". Hasta ahora han realizado las consultas pertinentes a la secretaría del ayuntamiento para determinar en qué situación se puede resolver ese contrato y qué penalización conlleva, un tema que posiblemente se tratará en la próxima Junta de Gobierno Local.

Una vez que el ayuntamiento recepcione la escuela, se adoptará la decisión sobre su destino, que aún está por tomar, según confirma el concejal y se verá si se vuelve a adjudicar.

Ramírez del Molino reconoce que es "una pena que no se siga con la escuela de hostelería", aunque desconoce si realmente su futuro depende de que se ponga en marcha el centro de Mérida "yo no estoy metido en ese mundillo", aclaró. Al mismo tiempo, apunta que la escuela de Badajoz se concedió antes que la de Mérida.