Del centenar de plazas que ofrecen en Badajoz los espacios educativos saludables solo se han cubierto este verano, de momento, 47, a pesar de que en anteriores ediciones la oferta era mayor y se ocupaba. Las circunstancias eran otras y el covid está provocando muchos cambios, también en este programa, que la Junta de Extremadura desarrolla cada verano desde el 2014, a través de Cruz Roja, para prestar atención socioeducativa y de ocio a niños en situación de exclusión social, incluyendo la alimentación.

Estos espacios han comenzado a funcionar el 1 de julio. Los menores que participan en Badajoz tienen entre 5 y 12 años y, por ahora, están repartidos entre los colegios Lope de Vega, Santa Marina y Nuestra Señora de Fátima. Cruz Roja gestiona con el ayuntamiento la derivación de algunos menores y la cesión de centros educativos y de otras instalaciones municipales, como pueden ser las piscinas, que este verano se han descartado, como medida de prevención frente al contagio, aunque sí se organizará alguna salida de contenido cultural.

No ha sido la única medida adoptada para proteger a los niños. Sus familias han recibido una carta informativa sobre todos los procedimientos y han firmado una declaración responsable. Antes de asistir tienen que comprobar si los menores presentan algún síntoma. Si un niño tiene fiebre o tos por la mañana, deben avisar porque no puede presentarse y si persisten, deben ponerse en contacto con su centro de salud para realizar la PCR. La entrada es escalonada para que las familias no se concentren. Empiezan a llegar a las 9.30 horas para comenzar a las 10.00 y la salida se adelanta a las 13.30 para culminar a las 14.00 horas.

DÍAS ALTERNOS / Cuando los niños llegan al espacio se desinfectan los pies en un felpudo, se les controla la temperatura y se someten a una pequeña encuesta sobre síntomas. Se limpian las manos con hidrogel y pasan al aula, que está limpia y desinfectada para comenzar las actividades, que son de apoyo escolar, salud, ocio y tiempo libre y algunas salidas programadas. A media mañana se les vuelve a medir la temperatura. Cualquier persona que entra en el centro se identifica en un libro de registro.

Se han organizado grupos de diez niños en cada espacio. Pero si aumenta el número de beneficiarios, solo asistirán en días alternos. Cruz Roja espera cubrir las cien plazas, según su coordinador autonómico, José Aurelio González. «Nos sorprende que este verano no tengamos tanta demanda como hemos tenido otros años», comenta. De hecho, los que están atendiendo son niños que proceden de otros programas suyos. Están a la espera de los que pueda derivarles el ayuntamiento. Las familias interesadas en que sus hijos participen en esta actividad deben dirigirse a los servicios sociales.

Este verano Cruz Roja ha incorporado dos colegios más (Manuel Pacheco y San Fernando), que de momento no han abierto, pero lo harán si se ocupan las plazas previstas. Con la puesta en uso de cinco colegios llegan a más barriadas para acoger así a los niños del entorno y evitar la polémica de cada verano. Con cinco colegios podrán tener 20 niños en cada centro, divididos en dos grupos que acudirían en días alternos, por motivos de seguridad, para poder controlarlos. Si no se cubren las plazas previstas, se abrirían los cinco colegios y los niños podrían acudir todos los días.

Tampoco este verano comen en los centros. Solo reciben una merienda a media mañana (agua, un zumo y un yogur o fruta). Para asegurar su alimentación, se les entrega un vale para que una vez a la semana puedan recoger en una tienda un kit que contiene productos frescos y no perecederos que sus familias deben cocinar.