María José Merino tiene 30 años y está desempleada. Ella ha sido una de las alumnas seleccionadas para la especialidad de cocina y éste ha sido su primer contacto con el mundo de la hostelería, pues antes solo se había dedicado a la venta ambulante de fruta. Está satisfecha con la experiencia a pesar de que todo es nuevo para ella. "Estamos aprendiendo mucho y espero que cuando terminemos aquí se me abran puertas, porque hay más oferta para trabajar en una cocina que de otras cosas", confía. María José tiene dos hijos pequeños a su cargo, por eso destaca que sin la remuneración que recibe hubiera sido imposible acceder a la formación.