Antonio Acedo es un albañil jubilado de Trasierra, de 76 años, y recuerda que fue el trasplantado número 26, en el 1992, tras un año de espera. Cuenta que "vino la Guardia Civil a avisarme a las tres de la madrugada porque no funcionaba el teléfono y luego fui en taxi a Badajoz". Ahora se encuentra "muy bien, muy bien; mejor imposible".

En la actualidad toma un medicamento antirrechazo "de por vida, pero no me impide hacer la vida normal", aseguró. Le diagnosticaron la enfermedad "por la hipertensión. Luego me ingresaron porque tenía los riñones pequeños y después estuve un año en diálisis. "Estuve nueve días ingresado por el trasplante, pero el equipo era exagerado de bueno", dijo. El entró en Alcer cuando estaba en diálisis. "Una vez escuché a una mujer que no se hacía donante porque si entraba en el hospital con un dolor de cabeza le quitaban los riñones, organicé una charla con el doctor Espárrago en el pueblo y se llenó el salón".