Soledad Hinchado, viuda de Manuel Rojas, recibió la insignia que tendría que haber recogido su marido, fallecido en el 2000. «Para mí es un acto muy emotivo, he recordado muchas cosas, es un reconocimiento a Manolo, parece mentira que haya pasado tanto tiempo». Marisol, como la llaman sus amigos, tuvo muy presente a su marido. «Estoy riñéndole porque no está aquí, tengo yo que hacerlo en su nombre y lo paso mal, a mí esto siempre me ha costado mucho, él se estará riendo y diciéndome que me aguante». A pesar de los años, Manuel Rojas sigue presente en su ciudad y entre sus vecinos, que lo recuerdan «con mucho cariño», según su mujer. «La gente sufrió después de la dimisión y yo estoy orgullosísima del recuerdo que ha dejado». Así se lo expresan muchos. «Por la calle, cuando alguien se entera circunstancialmente de que soy la mujer de Manolo, siempre hablan bien de él». Soledad estuvo con los hermanos de su marido Sabi y Antonio.