NACIMIENTO NACIO EN LOBON, AUNQUE VIVE EN BADAJOZ DESDE SU NIÑEZ. TIENE 63 AÑOS Y SIETE HIJOS

TRAYECTORIA HIZO UN CURSILLO DE COCINA Y ENTRO EN EL COLEGIO EL PROGRESO HACE 30 AÑOS, DE DONDE PASO AL SANTA ENGRACIA

Aunque es vecina de Las Moreras, lleva tres décadas dando de comer a los niños de la margen derecha del Guadiana. De la cocina del antiguo colegio de El Progreso pasó a la del colegio Santa Engracia, donde los escolares se refieren a ella como "la abuela". El próximo año abandonará los pucheros y las cacerolas, porque se jubila.

--¿Le gusta su trabajo?

--Me da mucha alegría ver a los niños comer, lo que más satisfacción me da es ver que las bandejas vuelven para atrás vacías, eso siempre es buena señal. Aunque si le digo la verdad antes de dedicarme a esto odiaba la cocina, cuando era joven, pero luego me gustó, ahora no sé hacer poco de comer, hago muchas cantidades, acostumbrada como estoy a cocinar para 84 personas.

--¿Son las hamburguesas la comida preferida de los niños?

--Los niños comen de todo y muy bien, lo que menos les gusta es la menestra, pero se la hacemos puré y se la comen encantados. Los guisantes tampoco les suele gustar. Pero aquí no hacemos hamburguesas ni cosas de esas, les hacemos nosotros filetes rusos y albóndigas, todo es casero. Pero las patatas fritas son su debilidad y el arroz también les encanta.

--¿Qué le dicen los niños de la comida?

--Cuando me asomo al comedor me saludan y dicen: ¡mirad a la abuelita!. No me puedo asomar porque los revoluciono a todos y se alborotan. Los niños dicen que está muy buena la comida que les hago y muchos preguntan si pueden repetir. A veces me preguntan por la mañana qué van a comer y les hecho alguna mentirijilla, para que estén contentos.