He de reconocer que me ha costado asumir la responsabilidad de este encuentro semanal con ustedes pues la intensa incertidumbre en la que vivimos hace difícil a este profesional independiente hacer planes más allá, no digo de un mes, sino de días. Pero no podía negarme a esta oportunidad que me daba el director, al que agradezco este reto, de poner en orden y compartir ideas y obligarme a reflexionar cada semana sobre algún aspecto de Badajoz, ciudad a la que amo y me apasiona.

La primera decisión era poner un título que le diese sentido y continuidad a esta columna, y a pesar de que a algunos pueda parecerle una grosería, no podía ser más coherente con mi actitud vital que denominarla 'En Positivo'. Soy consciente de que el mundo y la ciudad no es de color de rosa, que todos los días tenemos que afrontar problemas de difícil solución que no debemos obviar, que muchas cosas no funcionan como nos gustaría y que muchas veces cuesta ver lo positivo mientras sigamos padeciendo o viendo cerca de nosotros desempleo y dramas sociales. Pero no podemos levantarnos cada día con nuestra atención, emoción y energías absorbidas en los problemas y en regodearnos en ellos permanentemente sin salida. La vida solo se puede superar y disfrutar centrándonos en las soluciones y aprovechando al máximo todas las oportunidades y recursos que nos ofrece, y créanme que en Badajoz hay muchas oportunidades que apenas aprovechamos y que debemos visualizar y sacar mayor partido. ¿O pensamos que la ciudad es suficientemente conocida, apreciada y aprovechada?

Entre lo mucho que no tenemos mínimamente valorado y aprovechado son las posibilidades de la Eurociudad. La complementariedad de las ciudades de Badajoz, Elvas, Campo Mayor y Olivenza, nuestra situación fronteriza, nuestra posición central en el Suroeste Ibérico y la proximidad a Lisboa. Juntas estas cuatro ciudades constituyen un hecho urbano singular, de grandes posibilidades, proyección internacional y gran capacidad de atracción de visitantes. La diversidad nos da una complejidad que nos permite ser mucho más creativos si nos conectamos, conocemos, respetamos y caminamos juntos. Somos Patrimonio de la Humanidad, una gran ciudad de servicios, especialmente comerciales, sanitarios, educativos y de ocio, somos el centro de una de las mayores áreas de regadíos de Europa, disponemos de un gran espacio fluvial con uno de los mayores lagos interiores del continente, gozamos de una extraordinaria gastronomía hispano lusa, y muchas otras ventajas que apenas aprovechamos. Nos falta el AVE y muchas otras conexiones de transportes, que tenemos que exigir, pero mientras tanto debemos aprovechar lo mucho que tenemos. Intentaré compartirlo en esta columna, que para contar penas y transmitir pesimismo ya hay muchos otros imbatibles que solo se dedican a ello.