Paneles de madera de la pared y placas del techo arrancados, puertas destrozadas, pintadas por todas partes, gran cantidad de basura acumulada y un insoportable hedor a orines. Este es el estado que presenta en la actualidad el quiosco que se construyó en la conocida como plaza de Las Grullas, en la parte nueva del Cerro de Reyes, junto a los pisos de realojo para los afectados por la riada del 97 (detrás de la parroquia de Jesús Obrero). Los vecinos han denunciado las condiciones de esta construcción, que lleva diez años sin uso, y han exigido a la Junta de Extremadura, su propietaria, que lo acondicione y saque a concurso su explotación.

La presidenta vecinal, Isidra Méndez, recordó que han solicitado en varias ocasiones que se recupere este espacio, pero que nunca han obtenido respuesta a su reivindicación. Este diario pidió ayer información a la Junta para conocer qué planes hay respecto al futuro de este quiosco, pero tampoco hubo contestación. Méndez señaló que si en las previsiones de la Administración regional no se contempla acondicionarlo, los vecinos prefieren que se derribe "y quede una explanada para que jueguen los niños", dijo.

En el mismo sentido se pronunció ayer Dominga Sánchez, vecina de la zona, quien alertó del peligro que representa para los más pequeños el actual estado del quiosco y también del templete que hay en la misma plaza, con los cristales de la cubierta rotos y lleno de basura y hierbas. "Esto estuvo en condiciones unos meses, porque el quiosco no se ha explotado nunca. Algunos vecinos lo intentaron, pero pedían mucho dinero", dijo.

Saturnino González es otro de los vecinos que ha visto como se iba deteriorando esta construcción. "Es una pena que no se cuide", lamentó. Los vecinos reconocen que el vandalismo es la causa principal de los destrozos en el quiosco y en el templete, pero también apuntan al "desinterés" de la Administración como culpable de la situación.