Un éxito. Miles de extremeños se manifestaron en Madrid -en un lugar inocuo- para exigir un tren digno. Ya era hora. Nuestra región no puede seguir en la situación actual, testimonio de postergación y síntoma de atraso. El Ministerio de Fomento, con el apoyo entusiasta de varios gobiernos de la Junta, no solo ha retrasado la construcción del AVE, sino que, ni siquiera ha mejorado las infraestructuras ferroviarias. Y los trenes que emplea están destartalados, se averían continuamente e incumplen los mínimos requeridos por los ciudadanos del Lejano Oeste. Costó trabajo movilizarlos y, mucho más, a las autoridades. Gracias a una gran campaña propagandística regional, con la que colaboraron quienes siempre viajan en coche y alguna empresa que otra -de empresarios impregnados de patriotismo regional solo si cobran-, pagada con dinero público, se consiguió el milagro. Cientos de autobuses llevaron -y trajeron- a los manifestantes a la capital de España y, por primera vez desde que lo son o lo fueron, dos presidentes regionales madrugaron, como hacemos todos los usuarios, para llegar tarde. ¿Regresaron en tren o prefirieron el coche oficial, más puntual? Ya me veo, la próxima vez que me desplace de o hacia Madrid, contemplando, extasiado, la aparición del presidente Fernández Vara en carne mortal repartiendo perrunillas. Eso es, sin duda, una mejora del servicio. Ahora es otra cosa. Hemos desviado la atención hacia la Administración Central -ya no está allí José Blanco-; hemos hecho creer que ni los culpables, ni los cómplices, de este subdesarrollo estructural somos nosotros y hemos acallado a esos extremeños -y españoles- derrotistas que critican nuestro atraso y nuestra gestión y solo hablan de Extremadura cuando se refieren a Puerto Hurraco o comen Torta del Casar. Hemos conseguido cambiar radicalmente el ciclo. Para celebrarlo, esta semana solo ha habido un incidente en Talavera de la Reina -dejándonos mal, otra vez, ante un viajero ilustre-. Eso sí, el ministro del ramo ha reconocido, con ese ademán elegante, que teníamos alguna razón y algunos de los manifestantes pudieron comprar en Primark y pasear por la Villa. ¿Saben dónde está Murcia? El tren bien, gracias.