Por poner un ejemplo, citaré el caso del propietario de un restaurante que come alguna vez en su establecimiento. ¿Imagina nadie que sus camareros se atrevan a facilitarle al final una factura informativa para que conozca el importe de lo que ha comido? Pues algo parecido es lo que están haciendo ya diversas comunidades autónomas y lo que pretende hacer la Junta de Extremadura en materia sanitaria. Algunos políticos consideran tontos a los ciudadanos, gente incapaz de discernir el coste de la sanidad, como si nosotros no fuésemos los que pagamos ese y todos los demás servicios con nuestros impuestos y como si no tuviésemos conciencia del elevado importe de nuestra cuota de la Seguridad Social, del IRPF, de los demás impuestos directos y de los impuestos indirectos que pagamos. Pero además hay otra cuestión clave en este asunto, que hace poco ponía de manifiesto un lector. Los ciudadanos somos los dueños del Estado y, dentro de él, de los servicios sanitarios públicos. Los políticos son nuestros empleados. Por tanto, somos los ciudadanos los que deberíamos entregar todos los días una factura informativa a cada político para recordarle lo que nos cuestan su coche oficial, su chófer, su despacho, su secretario/a, su sueldo, sus dietas, su kilometraje, sus descuentos, sus bonificaciones y tantos otros gastos suyos imposibles de relacionar.

Si alguna vez se atreven a darme una factura cuando vaya al médico o necesite algún servicio sanitario, contraatacaré de inmediato con dos documentos: la factura con lo que nos cuesta a todos los extremeños la consejera de Salud y todo su equipo, y la certificación del importe de todo lo que llevo pagado en mi vida en materia de impuestos, cuotas y tasas públicas.

Dos buenas maneras que tendría la sanidad pública de ahorrar dinero es no distraer a su personal con la chorrada de la factura sanitaria informativa, que tanto tiempo y dinero cuesta, y tomar conciencia diariamente, desde la consejera para abajo, de la fortuna que todos y cada uno de ellos nos cuestan a los contribuyentes, a ver si así empiezan a ser eficientes de verdad. Lo peor es que hay quien dice, y quizás no le falte razón, que la pamema de la factura sanitaria es otro paso previo de la derecha hacia la instauración del copago en sanidad. Así que vótenles, que ya les pasarán factura.