TMte permito utilizar el refrán que escuché en El Puntazo de Onda Cero Extremadura al Secretario General de la CREEX, Javier Peinado para resumir los anuncios de la esperada visita de la ministra de fomento, Ana Pastor a Extremadura: a falta de pan, buenas son tortas.

O dicho de otra forma. La patronal cree que mejor es decir sí a todo lo que nos ofrezcan (y aquí haría yo otra incorporación popular: más vale pájaro en mano que ciento volando) pero dejando claro que las propuestas que se nos hacen no eran las que esperábamos. Ni con el ferrocarril, ni con la Alcazaba ni con la Plataforma Logística; los tres grandes proyectos, junto con el tren de mercancías Sines-Badajoz-Madrid, que esperaban respuesta del Gobierno central.

Y la respuesta llegó, pero en formato tuneado. Es decir, con modificaciones sobre lo ya acordado. Se modernizarán las líneas férreas en los próximos años, pero ni palabra del AVE a corto y medio plazo. Habrá reunión para avanzar en la financiación de la rehabilitación de la Alcazaba, cuando ya estaba planificado cómo se haría; y los empresarios tendrán que volver a reconfirmar su interés por instalarse en la Plataforma Logística, aunque no se haya mencionado el tren de mercancías.

Es cierto que la coyuntura actual hace que todos los proyectos tengan que volver a replantearse. Y habrá, incluso, que mostrar esperanzas porque éstos no se hayan metido en un cajón. De hecho las obras de la Alcazaba llevan paradas casi un año. Pero muchos seguimos teniendo la percepción de que Extremadura sigue siendo la tortuga de España. Avanza, pero mucho más lenta que las demás.

En épocas de bonanza no se mejoró el ferrocarril para igualarnos a la media nacional, y ahora seguimos retrasando las modernas comunicaciones en las que avanzan otras regiones de España.

Sólo cabe esperar que la Alcazaba y las infraestructuras necesarias para el transporte de mercancías no sufran otro retraso histórico que siempre tengamos que lamentar.