TMte molestó oír en una cadena de televisión que en Badajoz habían sacado sobre una puerta, a modo de improvisada camilla, a un jugador lesionado en el campo de futbol. Me molestó bastante. No había sido en Badajoz sino en Almendralejo. No soy localista, pero para mí no es lo mismo. Esta es mi ciudad y no me gusta que ande por ahí en boca de la gente sirviendo de mofa para el resto de España. No me gusta que esta ciudad, que es más dinámica y grande que otras muchas, y con bastantes más perspectivas de futuro, quede para siempre como paradigma de lo atrasado y cutre. Conste que tampoco me agrada que haya ocurrido en otra localidad de la provincia, pero a cada uno lo suyo, y esta cantada no es nuestra.

Hay veces, demasiadas según me enseña la experiencia, que los de Madrid ni se enteran. Confunden nombres de pueblos, de ciudades, de personas y se quedan tan campantes. Igual les da, pero a mí no.

Aquí en Badajoz tenemos asistencia sanitaria en los campos. En el Cerro de Reyes la cobertura preventiva, a la que están obligados por ley todos los organizadores de un evento, la tienen a través de su propio dispositivo, y el Badajoz cuenta con Cruz Roja, organización humanitaria a la que el club abona cien euros por partido.

No es justo y no me gusta la confusión, pero además hay otra cosa injusta: que culpen a Cruz Roja por no haber estado allí con su camilla. No es culpable de nada. No estaba porque no habrán querido abonar esa pequeña cantidad y Cruz Roja no puede, ni debe, hacerlo gratis. Eso sería destinar, a una entidad privada con ánimo de lucro, efectivos técnicos y humanos pagados con el dinero que los socios aportan para que sea atendida la población vulnerable.

No me ha gustado ni una cosa ni la otra, y tampoco me gusta el lamentable espectáculo, inaceptable falta de respeto hacia los jugadores.

Qué tienen, ¿un botiquín con tiritas y betadine ?

Esa directiva debería dimitir.