María Demetria Alvarez, su marido, Miguel Angel Puerta y otros tres familiares que residen junto a ellos, aseguran que llevan 10 días durmiendo en el portal de su bloque, en el número 5 de la calle Mariano Aguas de la Torre, en Las Moreras. Ese es el tiempo que hace que su vivienda, en el bajo A, resultó gravemente dañada por el fuego que se originó en el garaje comunitario el pasado 7 de junio. El arquitecto municipal, técnicos de de la Junta de Extremadura --titular de estas viviendas sociales-- y la policía local les instaron a abandonar el piso por el mal estado en el que se encontraba tras el incendio.

Fue la casa más afectada, pues bajo ella se situó el foco de las llamas, que agrietaron las bovedillas, las vigas y reventaron el suelo. Demetria Alvarez y su familia comen en casa de vecinos y familiares, y la noche, según contaron ayer, la pasan tumbados sobre colchones y mantas en un recodo del portal, bajo la escalera. Ella debe estar conectada 24 horas al día a una máquina de oxígeno y ningún miembro de la casa tiene ingresos.

Los afectados, apoyados por sus vecinos, se quejaron de que pese a que han solicitado a la Junta y al ayuntamiento que los realoje mientras su vivienda se repara, hasta ayer su demanda no había sido atendida. "Nos mandan de un sitio para otro, solo llamamos y gastamos teléfono, pero nadie hace nada", reprochó Miguel Angel Puerta. "Solo nos han ofrecido un hotel para dos noches", afirmaron.

Sin embargo, la Junta de Extremadura señaló a este diario que se les ha garantizado una solución temporal y que ya se ha informado a la familia de que va a ser realojada en una vivienda de alquiler por el período que dure el arreglo de su vivienda. La previsión es que la próxima semana se pueda disponer de ese alojamiento provisional.

INFORMADOS La casa presenta "serios daños" en la estructura, por lo que será necesaria una obra que requerirá "meses", por lo tanto, sus ocupantes no podrán volver a utilizarla "a medio plazo". De todo ello, según recalcaron fuentes de la Junta, se ha informado a los afectados, que rechazaron la oferta de la administración de irse a un hotel de forma momentánea mientras se gestionaba su realojo y prefirieron ser acogidos en la casa de un familiar.

Aunque el bajo A fue el piso más afectado, los vecinos avisan de los "importantes daños" que presenta el edificio, cuyo arreglo "urgente" reclaman ante el temor de que se pudiera producir otro siniestro, pues "los cables están quemados y pelados" y las aguas fecales están cayendo directamente al garaje.