El matrimonio formado por Gustavo Bernáldez y Encarnación González, padres de una hija de 16 años, han manifestado a EL PERIODICO que si no les dan una casa donde vivir, a partir del jueves se quedarán a dormir en la calle, pues no tienen dónde ir desde que abandonaron su vivienda en los grupos Sepes, entre La Luneta y El Gurugú, por estar amenazados de muerte.

Desde el pasado 14, la familia salió para denunciar dichas amenazas y al volver escoltados para recoger sus enseres, les habían destrozado lo que tenían en el patio, por lo que presentaron otra denuncia por allanamiento de morada. Después, pasaron tres noches en una pensión pagada por el Instituto de Servicios Sociales, unos días en casa de la madre de Gustavo, que al no ver una solución les dijo que no podían quedarse más tiempo, y ahora están en un cobertizo en la casa de la madre de la mujer.

ENTREVISTA La pareja volvió ayer a la Agencia de la Vivienda en Badajoz, acompañada por el portavoz de una de las dos plataformas vecinales de Los Colorines, Antonio Chacón, pero les pidieron que entraran solos; al negarse, no les recibieron. Puestos en contacto con dicho organismo, remitieron para cualquier información al gabinete de la prensa de la Junta, pero no hubo respuesta.

Esta familia asegura que lleva año y medio exponiendo su situación, que han puesto 14 denuncias, 12 de ellas falladas a su favor y dos pendientes, y que hay una petición de más de 20 vecinos a la Agencia para que lo echen de las casas, como reconocían ellos, pero que a pesar de ello no les dan una solución.

Gustavo manifestó que ya les han pegado con una barra de hierro a él, a su esposa y a su hija, que ésta lleva perdido un curso por esta situación y que no sabe si esperan a que les pase algo más, "porque no nos han matado de milagro".

El portavoz de la plataforma explicó que las denuncias de las otros vecinos son "porque él se queja y denuncia lo que ocurre, por eso le consideran un chivato, porque se preocupa por el barrio". Sin embargo, fuentes de las asociación vecinal de Colorines, La Luneta y Gurugú dieron otra versión, y es que éste "agredió a una familia de edad avanzada" y sus familiares lo amenazaron, así como que "ha agredido a otras personas, incluso a una mujer, por eso los vecinos han presentado un escrito con más de 20 firmas para que se vaya, porque es violento".

Hasta la fecha, han salido seis familias de Los Colorines, de las que han vuelto tres "después de tener que retirar la denuncia por amenazas, con lo que significa de humillación", señaló el portavoz de la plataforma que apoya a la familia; y al menos 5 del grupo Sepes, pero éstas salieron para ir a otras viviendas.

En la actualidad, Gustavo acaba de perder su trabajo como camarero y ahora el matrimonio está en paro y sin tener un sitio donde vivir, por lo que anunciaron que "a partir del jueves nos quedamos a dormir en la calle hasta que nos den una solución".