Salvo cambios de última hora, la Familia Real estará en Badajoz solo el domingo y no llegará el sábado, como estaba anunciado inicialmente, por lo que ninguno de sus miembros acudirá a la cena de gala en el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Meiac) ni pasará la noche en un hotel de la ciudad, reservado en su totalidad para tan ilustre ocasión. La convalecencia del Rey tras su reciente operación puede ser el motivo de este cambio de planes.

Los responsables municipales confirmaron ayer que había ordenes de rebajar las medidas de seguridad del entorno del museo. Sus Majestades los Reyes y los Príncipes de Asturias estarán por tanto en la ciudad solo unas horas, para presidir el acto de homenaje a la bandera y a los caídos en la avenida Sinforiano Madroñero a partir de las doce del mediodía. Ese día, para ambientar al público, el Ministerio de Defensa repartirá entre los asistentes al acto 30.000 banderitas de mano. La Familia Real acudirá posteriormente al vino que en su honor ofrecerá a las 13.30 horas el ayuntamiento en el palacio de congresos, tras lo cual se marcharán de vuelta.

El desfile central del Día de las Fuerzas Armadas se desarrollará entre la rotonda de Caldas de Rainha (entrada del puente Real) y la de Herrera Pombo (donde se encuentra la escultura de mujer de Juan de Avalos). En esta última glorieta se ha instalado hace días una base de hormigón para el mástil donde ondeará la enseña nacional. Además, desde ayer se ha empezado a instalar la tribuna central, que mira al puente Real y en la que trabajan una quincena de operarios. También se instalarán otras dos tribunas de autoridades.

La actividad en esta avenida es incesante desde hace semanas y las mejoras son evidentes. Además del arreglo de jardines, se han podado las palmeras y ayer estaban rebajando las copas de los árboles. La expectación de los vecinos del entorno es enorme y quienes tienen viviendas con balcones al tramo de avenida, tienen concertada la presencia de amigos y familiares, medios de comunicación y responsables de seguridad.

En un banco próximo a la rotonda pasó ayer buena parte de la mañana Juan Cortés, de 86 años, quien expresó su deseo de poder ver el domingo al Rey.

"Hacen falta cosas de éstas para que empleen a los obreros", decía. Por la avenida paseaban Marga y su hijo Javi, que ya estaban avisados de los cortes de tráfico, pero no estaban molestos: "saldremos para verlo, porque para una vez que vienen, nos hace ilusión". Nieves y Antonio son de Burgos pero llevan unos meses en Badajoz con una hija y el domingo quieren ver al Rey "y a la Reina, porque me parece una mujer extraordinaria". Coincidencias de la vida, junto a la glorieta está el restaurante Real, que debe su nombre al puente. El camarero, Ismael, no se mostraba molesto porque el fin de semana no pueda instalar los veladores en la acera, "nos causa trastorno, pero para una vez que viene el Rey, no vamos a poner pegas".