Tres días y tres noches. Ese es el tiempo que llevan a la intemperie un grupo de vecinos de Los Colorines y las Cuestas de Orinaza para exigir su realojo en un barrio seguro. Aunque sus protestas no han obtenido respuesta por parte de las administraciones, ayer se sentían menos solos tras recabar más de 700 firmas de apoyo entre los ciudadanos. Esta campaña continuará y las firmas se entregarán posteriormente a distintas administraciones.

A los sacos de dormir, mantas y cartones para protegerse del frío, tuvieron que sumar ayer sombrillas y plásticos para resguardarse de la lluvia. "No nos acobardamos por eso, somos una piña y vamos a estar aquí hasta que haga falta", aseguraron los vecinos.

"Lo hacemos sobre todo por los niños, porque allí no pueden estar", insistieron. De hecho, han solicitado un abogado de oficio con la intención de interponer una demanda contra la Dirección General de Infancia y Familia "por no garantizar los derechos de los niños que viven allí", explicó el portavoz de las plataformas en las que están agrupadas estas 57 familias, Antonio Chacón.

Hoy se desplazarán al barrio de San Lázaro de Mérida para extender estas plataformas, ya que, según señalaron, en esta barriada hay familias en una situación similar.

Además, mantienen la cacerolada convocada frente al ayuntamiento para mañana.