El proceso diocesano para la canonización de 35 mártires de la Guerra Civil (27 sacerdotes, 2 seminaristas, 4 religiosos y un matrimonio de laicos), asesinados en alguna localidad de la provincia, acaba de culminar y el arzobispado remite toda la documentación a Roma.

Para reunir los testimonios sobre los hechos ocurridos hace tantos años han sido necesarios cuatro años de investigación. El proceso se inició el 26 de mayo del 2006, según recordaba ayer María Jesús Gragera, delegada episcopal por la Causa de los Santos, que compareció junto a Rafel Julián Rey, delegado episcopal para la Comisión Jurídica, y el arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil. De la primera lista que se configuró en la diócesis, se quitaron tres nombres, porque su causa ya estaba siendo llevada en otra provincia, y se añadió el matrimonio de laicos. Este mismo proceso de canonización de mártires de la Guerra Civil se ha seguido en otras diócesis, de hecho Roma ya ha beatificado a 500, de los 3.000 que fueron asesinados, según García Aracil, quien ayer defendió que lo que se pretende es "un acto de justicia"

La clausura del proceso tendrá lugar hoy a partir de las 10.00 horas en la Catedral de Badajoz.