El accidente de un avión de combate F-5 ocurrido ayer en Burguillos del Cerro, en el que murieron sus dos tripulantes, es el tercer siniestro mortal de un aparato de este tipo perteneciente a la base pacense de Talavera la Real desde 2003 y el octavo accidente aéreo sucedido en la región desde 1989. En este tiempo han muerto 10 pilotos y dos han podido salvar la vida.

Los aviones F-5 se encuentran en la base de Talavera desde 1970 pero en los últimos años se están sometiendo a un proceso de modernización.

Los últimos accidentes ocurrieron en el 2003 con aviones adscritos a la base de Talavera la Real. Aquel año, dos militares fallecieron en sendos accidentes de aeronaves procedentes de esta base.

El primero se produjo casualmente por estas fechas, el 22 de enero, cuando el teniente instructor de vuelo falleció y su alumno alférez resultó herido leve, tras estrellarse el avión que dirigían en las inmediaciones de Torre de Miguel Sesmero. El teniente David Martínez perdía la vida al romperse el cuello cuando saltó del F-5.

Tres meses después otro F-5 se estrelló entre la terminal civil de la base y la población pedánea de Balboa, y en el accidente murió un capitán instructor cuando realizaba un vuelo de entrenamiento. El fallecido era Manuel Rivera Hernández, un piloto "experimentado", según lo definieron sus compañeros, que sufrió el accidente cuando ensayaba acrobacias.

PRIMERO DEL AÑO El siniestro de ayer es el primer accidente de aviación que se registra en las Fuerzas Armadas en el presente año.

En los últimos cinco años, ocho militares han fallecido en accidentes de aviación ocurridos en España. En el año 2003, además de los dos siniestros citados anteriormente, dos sargentos murieron y una teniente y un capitán resultaron heridos al hundirse un hidroavión Canadair CL-215 cuando realizaba una maniobra en la bahía de Pollensa (Mallorca).

En el 2004 hubo otros dos siniestros: el primero se produjo el 18 de febrero, cuando dos capitanes fallecieron al estrellarse la avioneta C-90 que conducían, en un descampado cerca del caso urbano de la localidad madrileña de Parla, y otro capitán falleció el 4 de mayo, al estrellarse el cazabombardero Mirage F-1 que pilotaba, en las cercanías de Arteaga de Arriba (Albacete).

En el 2005 tuvo lugar un grave percance el 2 de septiembre, cuando un capitán del ejército del aire que se saltó las órdenes se estrelló con su avión C-101 contra una casa en Baeza (Jaén) resultando muerto el piloto, una mujer y el bebé de ésta.

Anteriormente, en el año 2000, un C-212 Aviocar se incendió tras impactar en un punto montañoso en Herrería (Zaragoza). Sus siete ocupantes murieron.