Tras cuatro días, la Feria del Toro de Olivenza despide su 26 edición con la ambiciosa aspiración de ser declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. El primer paso para trabajar por este título lo dará el alcalde, Manuel José González, que según explicó ayer, convocará la próxima semana a todos los implicados para hacer un balance conjunto y plantear mejoras de cara al futuro.

Aunque aún no había datos oficiales --este año se dispone de contador de personas--, González hizo una valoración positiva de la afluencia de público, desarrollo de la feria, así como de la repercusión económica y la generación de empleo que ésta supone (solo el ayuntamiento ha creado unos 70 empleos directos). No obstante, reconoció que hay aspectos que se deben mejorar para próximas ediciones, entre los que destacó la limpieza --contando con mayor número de efectivos-- y la ubicación del botellón, pues la zona que ha ocupado en el recinto ferial se queda pequeña para albergar a los miles de jóvenes que lo celebran.

El alcalde abogó por seguir trabajando para engrandecer aún más la Feria del Toro, para lo que consideró fundamental que todos trabajen "en la misma dirección".

El tiempo acompañó el último día de la feria y las calles de Olivenza se llenaron de nuevo de público para disfrutar en los veladores y barras al aire libre. También a la plaza la afluencia fue masiva y, de nuevo, pudieron verse rostros conocidos entre los aficionados, como la cantante María Toledo o el escritor Fernando Sánchez Dragó. Tampoco quisieron faltar el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y el presidente del PP extremeño, José Antonio Monago, entre otros.

Uno de los momentos más emotivos se vivió el sábado por la noche en el convento San Juan de Dios, donde se celebró el homenaje al torero Enrique Ponce, el exalcalde Ramón Rocha, y, a título póstumo, al ganadero Bernardino Píriz, por su apoyo a esta feria. Tras el acto, actuó el bailaor Antonio Canales.