"Solo pedimos que se nos trate como a unos empresarios más, que es lo que somos, y que si todo el mundo está funcionando ya, nos dejen también a nosotros”. Es la reivindicación del colectivo de feriantes de Badajoz, que sigue a la espera de la autorización municipal para poner en marcha sus atracciones. Tras cuatro meses de parón por la pandemia, pidieron al ayuntamiento y a la Junta que les permitieran habilitar miniparques, pero a lo que se les autorizó fue a instalar sus ‘cacharritos’ en parques y plazas, en el caso de la capital pacense se pusieron a su disposición hasta 14 ubicaciones. El mismo día que estaba prevista su reapertura, el pasado 10 de julio, el ayuntamiento comunicó que, ante el aumento de los brotes de covid-19, la decisión de que esta actividad se reanudase se posponía hasta nueva orden.

“Nos dijeron que iba a ser una semana y ya llevamos tres y no nos dan ninguna fecha”, lamentó Santiago Pérez, portavoz de los feriantes pacenses, quien aseguró que se sienten “discriminados” con respecto a otros sectores. “Están abiertos, bares, terrazas, quioscos, hay mercadillo, conciertos…pero nosotros seguimos cerrados, sin alternativas y sin ayudas, pese a que podemos cumplir todas las medidas de seguridad”, expuso.

El ayuntamiento, a preguntas de este diario, explicó que con las atracciones se siguen las mismas pautas que con los juegos infantiles de los parques, que permanecen precintados, pues sus usuarios son niños y resulta muy difícil controlar que guarden las medidas de seguridad.

Sin embargo, los feriantes no comparten este argumento y defienden que están preparados, como en otros negocios, para garantizar la seguridad de sus clientes. “Tenemos las atracciones valladas, antes de subir hay desinfección de manos y pies y se desinfectará cada aparato cada uso. ¿Quién se puede contagiar ahí?”, se preguntó Pérez, quien invitó a los responsables municipales a que comprueben por ellos mismos las medidas con las que cuentan. “Si ven que no cumplimos, seremos los primeros en ponerle solución, porque somos profesionales ”, dijo.

El portavoz de los feriantes señaló que no duda de la “buena voluntad” del ayuntamiento, pero aseguró que la situación que atraviesan las familias que viven de las atracciones, unas 40, aunque era una veintena las que iban a abrir en Badajoz, es “crítica”. “No tenemos un duro, estamos sobreviviendo con ayuda de las familias, algunos ya han tenido que desmontar las atracciones porque no pueden soportar los gastos”, explicó. En su caso, las mantiene montadas, “porque como no me han dicho que las quite, tengo la esperanza de reabrir”, pero en luz y en nóminas ya lleva gastados en estas tres semanas “entre 2.000 y 3.000 euros”. Además, teme que al verlas cerradas el público pueda pensar que es porque son “un foco de contagio, cuando no es así”.

Pérez señaló que en otras poblaciones de la región y de fuera de España se ha permitido la reapertura de las atracciones infantiles y pidió al ayuntamiento un “esfuerzo” para que el colectivo pueda salir de una situación “muy precaria”.

El alcalde, Francisco Javier Fragoso, ha venido repitiendo en las últimas semanas que las medidas del ayuntamiento se iban a basar en la “prudencia”. En esta línea, además de volver a cerrar los 11 parques que se habían abierto tras el estado de alarma, se han suspendido otras actividades dirigidas a los niños como los talleres del programa ‘Vive el verano’.