La mayoría de los propietarios de atracciones y casetas que trabajarán este año en la Feria de San Juan se encuentran ya asentados en el recinto de Caya, donde están realizando el montaje de las atracciones para que estén a punto el viernes 22 de junio, día en el que comenzará la feria.

Medio centenar de familias se han instalado en un ferial que, como consecuencia de las lluvias de los últimos días, se ha convertido en un barrizal. Las caravanas se encontraban ayer rodeadas de charcos, por lo que tuvieron que ir al polígono industrial para conseguir palés con los que improvisar unas pasarelas por las que pasar desde la acera hasta sus casas sin meterse en el barro. También utilizaron cartones para limpiarse los zapatos.

"El ayuntamiento nos mandó hoy (por ayer) dos camiones de grava, que la han dejado ahí amontonada para que nosotros la echemos sobre el terreno", explicó Goro Río señalando al montón de grava.

Los feriantes denunciaron las condiciones en las que tienen que vivir en el ferial pacense. "Llegamos y un año más nos encontramos con que la zona de las caravanas no está urbanizada, no hay aseos ni servicios, un día estamos sin agua y otro sin luz, por cortes en los suministros, a pesar de pedirlo todos los años", según Julio Naranjo.

LUGAR DE RESIDENCIA "Es un ferial que no está acondicionado para las caravanas y nosotros y nuestras familias tenemos que vivir varios días aquí", explicó Federico Pérez, quien se quejó de que "los coches empiezan a patinar y las caravanas se llenan de barro, aunque ahora es barro pero luego con el calor lo que tragamos es polvo".

Las condiciones en que viven los feriantes en el Real "es conocida por la concejala de Ferias y Festejos", según Fernando Pérez, quien aseguró que "llevamos varios años hablando con ella y no sirve de nada, le pedimos que compactara el terreno y lo adecentase, y que pusieran servicios porque nosotros tenemos en las caravanas pero los empleados se tienen que lavar con las gomas y hacer sus necesidades detrás de los camiones".

Las aguas residuales de algunas caravanas vierten en la calle, ante la imposibilidad de verter en el alcantarillado, por lo que muchos temen la subida de las temperaturas, "porque entonces los olores son insoportables".

Algunas de estas familias, como los Ríos y los Pérez, vienen de la feria de Cáceres, donde han acampado "en un recinto mejor preparado, con calles asfaltadas y duchas y aseos portátiles". Muchos feriantes coincidieron en que "el ferial de Badajoz es un caso extremo, es el peor de Extremadura pese a ser nuevo, pero no se han preocupado de nosotros", según Gregorio Ríos.

Algunos de sus hijos jugaban ayer entre los charcos. Gregorio reconoció que hasta el momento tampoco les ha ofertado nadie ningún servicio dirigido a los niños como hace algunos años prestó Cruz Roja y la Junta de Extremadura, que instalaron una carpa acondicionada en el ferial que hizo de guardería.

Este servicio cesó y la Consejería de Bienestar Social ofreció el centro de menores San Juan Bautista a los feriantes para que llevaran a sus hijos las horas en las que ellos estaban trabajando, pero esta medida no fue muy bien acogida por el colectivo.