A solo 19 kilómetros de Badajoz ciudad, al otro lado de una frontera inexistente, la actividad ya es frenética en la localidad portuguesa de Campo Mayor, que durante nueve días celebra la Fiesta de las Flores, también conocida como Festas do Povo , que este año presentará su candidatura para que la Unesco la declare Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Será en el seno de la celebración, el próximo día 27, cuando la Entidad Regional de Turismo entregue al ayuntamiento todo el material recopilado, al que se añadirán las imágenes de esta última edición, en la que sus habitantes vienen trabajando con entusiasmo desde febrero.

La Fiesta de las Flores se celebra desde hace 125 años, si bien ha sido en los últimos tres decenios cuando mayor ha sido su desarrollo. La inauguración tendrá lugar el sábado y correrá a cargo del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. Cada año, la principal novedad es la creatividad de los vecinos y "el espectáculo de calidad, de color, de luz, de sentimientos y de vivencias" que este pueblo despliega en sus calles, según se expresaba ayer el presidente de la cámara municipal, Ricardo Pinheiro, en declaraciones a este diario. Para el alcalde, las flores de Campo Mayor no sólo son una expresión cultural de gran belleza sino que, en su opinión, "lo que más me impresiona es el modelo democrático en el que sus mujeres han sido unas auténticas heroínas", pues durante todo este tiempo han tenido la capacidad de movilizarse y conquistar a sus hijos y a sus maridos para desarrollar este trabajo convertido en tradición.

La fiesta comienza mañana con la noche mágica de la "enramaçao", una celebración "muy interna", porque sus habitantes cierran las calles para decorarlas y conseguir que el sábado, a las siete de la mañana, "este pueblo sea un auténtico jardín de papel". Según su alcalde, no sólo el pueblo cambia estos días su decorado "sino que las personas también se transforman para entrar en este escenario y vivirlo al máximo, aportando un sentimiento y una sensación de felicidad a los turistas que nos visitan, ése es el mayor logro que el pueblo de Campo Mayor ha tenido".

Las calles serán engalanadas con motivos muy diferentes. En el origen de la fiesta, era el pueblo el que sufragaba el coste. Básicamente se utilizaba papel de periódico y pasta de harina. Ahora existe un almacén de material situado frente al hotel Santa Beatriz, (perteneciente a Rui Naveiro, de cafés Delta), donde los responsables de las calles recogen el papel rizado y de seda, cartulinas, cola, cuerdas, clavos y enganches. No existe rivalidad ente las calles, pero sí un secreto sepulcral con el motivo de los adornos, cuyos detalles se ocultan hasta que son colocados.

El presupuesto de la fiesta supera el millón de euros: la mitad se va en material y el resto para gastos de logística, como la vigilancia y toda la infraestructura necesaria en torno a esta celebración para soportar la avalancha de visitantes, según explica Joao Rosinha, presidente de la Asociación das Festas do Povo (un colectivo sin ánimo de lucro de utilidad público constituida en 1994).

La localidad espera estos días entre 700.000 y un millón de visitantes, según se calculó en ediciones pasadas en función del número de vehículos y los residuos generados. El alcalde destaca el impacto socieconómico de esta fiesta en su entorno. Solo un dato: los hoteles de los municipios más cercanos, entre ellos todos los de Badajoz, están prácticamente llenos los próximos diez días, como ya avanzó este periódico.