El 8 de abril de 1971 se celebró en Londres el Primer Congreso Internacional del Pueblo Gitano. Desde entonces, esa fecha ocupa un lugar destacado en el calendario de la comunidad gitana de todo el mundo, que cada 8 de abril celebra su día y se reúne en torno al río para lanzar pétalos de flores y velas en memoria de sus antepasados, especialmente de aquellos que fueron víctimas de la xenofobia, como el medio millón de gitanos asesinados en el holocausto nazi.

Escolares de los colegios pacenses Manuel Pacheco, San Pedro de Alcántara y General Navarro se sumaron ayer a esta conmemoración en el acto celebrado junto al Guadiana y lanzaron flores y velas desde el puente de Palmas --tradicionalmente lo hacen desde el embarcadero, pero la crecida del río ha obligado a cambiar la ubicación este año--. A la denominada 'ceremonia del río' también asistió el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, quien poco antes había recibido a un grupo de familias gitanas en el salón de plenos del ayuntamiento, en cuyo balcón se colgó la bandera del pueblo gitano.

En este acto, la presidenta de la asociación Romí Kamela Nakerar, Manuela Salazar, y Josefa Silva, de la Fundación Secretariado Gitano, leyeron sendos manifiestos para reivindicar la historia y cultura del pueblo gitano y reclamar el apoyo de las administraciones para garantizar los derechos del colectivo. En este sentido, se hizo hincapié en el paro juvenil, cuya tasa se ha triplicado en los últimos 5 años.

Fragoso, que dio los buenos días a los asistentes en caló --la lengua gitana--, destacó que sin el pueblo gitano "la historia de Badajoz no sería la misma", puesto que es una parte importante de la cultura y de la "esencia del corazón" de la ciudad. El alcalde animó a trabajar para lograr la plena integración en convivencia y confió en que el próximo año el 8 de abril "haya menos que reivindicar y más que celebrar".

En Badajoz residen entre 3.500 y 4.000 gitanos. La falta de formación, especialmente de las mujeres, es uno de los problemas "más graves", por ello es uno de los frentes al que más esfuerzo dedican las asociaciones que trabajan con el colectivo. "Se va progresando, pero muy lentamente", aseguró Salazar.