TUtn amigo me ha llamado exagerado hace muy poco a propósito de algo que escribí en una columna pasada, sobre la inexistencia aquí de empresas privadas interesadas en la Cultura. Debo reconocer que algo de razón tiene. Pero yo me refería a Badajoz capital, no a la provincia. Porque hay algún caso ejemplar de un promotor -¡de Badajoz!- que ha invertido en Cultura y, más en concreto, en Arqueología. Y debo apuntar, también, que cuando algún particular paga una excavación en un lugar donde es obligatorio hacerla no tiene mérito alguno, sobre todo si su acción se queda ahí. Mérito sería apoyar aquello a lo que la Ley no obliga. Y, en el caso de la Arqueología, pagar el estudio de lo aparecido - es decir, hacer Arqueología; excavar sólo no lo es - o financiar la publicación de los resultados. Eso es fomentar.

Desgraciadamente las administraciones se han olvidado de que la Arqueología es una ciencia histórica y no sólo una incomodidad, un obstáculo o una forma de justificar la inversión en turismo. Y este es un problema grave que nadie tiene interés en enmendar, ni siquiera la Junta. Que se obligue a excavar es un imperativo legal, que se olviden de financiar el análisis y divulgación de lo descubierto en los proyectos es un menosprecio. No se excava para liberar suelo, se hace para investigar el pasado. Vale que una parte de los arqueólogos sean muy jóvenes -es evidente que una parte sólo-; que muchos se den ese apelativo cuando sólo son licenciados en semíticas -por poner un ejemplo- y que la Administración lo consienta -en otras regiones los profesionales han de estar colegiados-, pero eso no puede desviar la atención del meollo del problema. No se hace arqueología si no se finaliza el ciclo -prospección, excavación, estudio de lo aparecido, publicación- y nadie es mecenas por cumplir con su obligación.

Pocas empresas extremeñas promocionan trabajos de arqueología, pero si la administración no da ejemplo difícilmente vamos a salir de esa rutina. Aquí hay quien confunde fomento de la Cultura con fomento del Turismo. Ambas cosas son importantes, pero sin mezclar churras con merinas. ¿Destruir un cementerio islámico, para construir un aparcamiento sin fruto científico alguno, qué es? Aunque se haya hecho de forma legal eso es barbarie. Barbarie, señores.