De la veintena de vehículos que como media son grabados en vídeo a diario en los cruces donde hay instalados fotorrojos, la Policía Local de Badajoz valida una docena y desecha el resto, bien porque han llegado a detenerse aunque hayan rebasado la línea del paso de peatones sin llegar al cruce, porque han pasado cuando aún estaba en ámbar, o porque daban paso a un coche de emergencia o policial. El año pasado fueron multados con este sistema un total de 1.966 conductores.

La sanción conlleva el pago de 200 euros y la retirada de 4 puntos en el carnet de conducir y se ha demostrado que, desde que se instalaron, hay menos conductores que se saltan el semáforo en rojo en los cruces donde están instalados. Son cuatro: las intersecciones de la autopista (BA-20) con María Auxiliadora, avenida de Colón, Fernando Calzadilla y la carretera de Sevilla, aunque solo existen dos aparatos que se van alternando. Tanto el primer teniente de alcalde, Germán López Iglesias, como el superintendente, Rubén Muñoz, tienen claras las bondades de este sistema para la seguridad vial, pero López Iglesias señaló ayer que van a esperar a comprobar las consecuencias de la reciente sentencia del Supremo que cuestiona la validez de las imágenes captadas como prueba, antes de decidir si instalan más

Los medios de comunicación fueron invitados ayer a comprobar cómo funciona el sistema instalado en Badajoz. La policía local está convencida de que las imágenes captadas son "perfectamente válidas", porque los fotorrojos instalados en esta ciudad funcionan con vídeos, no con fotografías, como explicó el día anterior el concejal.

Responsabilidad

En las imágenes que llegan a la sala de visionado de la Jefatura de la Policía Local se ve sin lugar a dudas a los vehículos que rebasan el semáforo cuando ya está en rojo a través de la cámara colocada estratégicamente. Hay ejemplos de coches que circulan a la par en los dos carriles y mientras uno se detiene el otro sigue su marcha sin ningún pudor e incluso una colisión provocada precisamente por esta infracción. "Es una prueba esencial para que el juez decida sobre la responsabiliad del accidente", apuntó el intendente, Antonio Nogales.

De la grabación recogida se extrae un fotograma que se envía al Organismo Autónomo de Recaudación (OAR), encargado de tramitar las infracciones. La policía local verifica las imágenes de vídeo, apoyadas con otra cámara que recoge la matrícula. Los conductores pueden revisar la grabación, de la que se guardan los cuatro segundos anteriores y posteriores. Más del 99% se quedan conformes porque es una prueba irrefutable. "Es un sistema que no se deja manipular", recalca el superintendente.