«Permitidme que diga que me siento orgulloso de ser alcalde, de haber sido alcalde de una ciudad que ama la cultura, y de haber contribuido modestamente a que el ADN de la cultura tenga un peso importante. Orgulloso de una ciudad que en este año tan difícil decide celebrar los Premios Ciudad de Badajoz». Con estas palabras finalizó el alcalde de la ciudad, Francisco Javier Fragoso, la que será su última intervención en los premios culturales que convoca el ayuntamiento, a modo de despedida, con un mensaje de esperanza en el que incidió en el valor de la racionalidad como «motor del progreso» y de la cultura como «alma de la vida».

Destacó además que se celebrase la gala en una situación «muy difícil por la pandemia», un acto «único, por el edificio, la iglesia de Santa Catalina --del siglo XVI--, recién rehabilitada, que se abre al público por primera vez», con los premios. También «por el formato», pues «hemos tenido que adoptar medidas sanitarias de seguridad y estamos muchos menos de los que en otros años compartíamos esta gala»; y por las circunstancias, «que siguen siendo tremendamente preocupantes».

El alcalde expresó que «seguimos sorteando la enfermedad a la espera de tratamientos eficaces y vacunas que nos devuelvan a aquella vieja normalidad» y a ello «nos ayuda la cultura, en un equilibrio entre la salud y la economía, un binomio cruel; la cultura nos ayuda a resistir, a construir espacios de libertad y esperanza».

Fragoso cerró una gala sin público, con asistencia solo de jurados, comisiones de lectura, autoridades y técnicos de la Concejalía de Cultura, a la que felicitó por la gala, como a los patrocinadores.

Ganadores en periodismo

Marian Rosado, ganadora del Premio de Periodismo con Marta RodríguezMarian Rosado,, por el trabajo ‘Quién se queda en Sierra de Gata’, publicado en El Periódico Extremadura --el tercero por trabajos de sus periodistas-- , manifestó ayer que está «muy agradecida tanto al director del periódico como a Marta Rodríguez, con quien hice el reportaje y viajé a Sierra de Gata, que no la conocía y fue un gran descubrimiento por su valor y por conocer que hay gente que vive allí y sigue trabajando en el mundo rural para que no se vacíe, que no se muera».

El premio lo recibe «con orgullo, muy contenta, y sobre todo que se ponga en valor un tipo de periodismo más en profundidad y la problemática de la España vaciada con el cambio climático, que con la pandemia se nos olvida que no podemos seguir así».

Miguel Ángel Carmona, Premio de Novela con ‘Alegría’, sorprendió porque respondió a la llamada del presentador en la misma sala. Después conversó con el portavoz del jurado, Fernando Marías, quien le auguró, tras escucharle hablar sobre la génesis de la novela y su labor de documentación, «que será un libro importante». Destacó de él el protagonismo de «un personaje femenino poderoso», «con una voz fuerte, desgarrada, siempre agresiva, hostil, siempre tierna». También expresó que en el jurado pensaron que lo había escrito una mujer.

Novela, poesía, fotografía

El autor contó que se había basado «en la vida de 16 mujeres víctimas de violencia género, ocho de ellas con orden de protección vigente, de Badajoz», donde transcurre la acción. Y explicó que su obra es «una novela dura», que la violencia de género «está presente en mis trabajos anteriores» y que «el proceso de documentación fue duro y feliz, porque compartieron su historia conmigo, para asimilar yo esa realidad y construir una ficción que fuera fiel a sus vidas».

Inmaculada Pelegrín López, Premio de Poesía con ‘Los veranos de Richard Clayderman’, afirmó desde Lorca, Murcia, cuando pudieron contactar con ella por teléfono; que su libro «se ha escrito con un lenguaje actual; se ha cuidado el verso, con su métrica aunque no lleve rima». Dijo que en sus poemas busca «temas universales con los que se pueda identificar el lector». Y afirmó que «le doy muchas vueltas a lo que quiero decir, a cómo comenzar; a veces se resiste muchísimo y hay que tener una papelera muy grande, porque recién nacidos parecen perfectos pero con el tiempo les encuentra una muchos defectos.

Lorenzo López, Premio de Fotografía por ‘Lugares habitados II’, que ya fue premiado en otra edición, señaló en la sala, donde respondió inicialmente a la llamada telefónica, que «las tres fotos seleccionadas fueron hechas el mismo día en un hospital de tuberculosis, en Berlín, donde han pasado muchas cosas: guerras mundiales, han estado los americanos, los nazis, los rusos y ahora está en manos privada y es un lugar de encuentro de artistas». Con el dinero del premio, dijo, «lo celebraré con los amigos y quiero comprar un local para almacenar las fotografías y los materiales».

Música, escultura y pintura

Rafael Grau Vilar ganó el I Premio de Música, un joven «creativo, con una obra descriptiva, que habla de temas populares de la capital de Badajoz, que conmueve a los lectores que podemos comprender el lenguaje musical», según por el portavoz del jurado. Grau expresó por teléfono su alegría por el premio y destacó de su obra que «está plasmada en Badajoz, pensada en el estado del río con el camalote; he paseado por los parques, la alcazaba y he intentado plasmar las raíces árabes de la ciudad».

En escultura ganó Rodrigo Romero Pérez con ‘Futuro’; y menciones Ruth Morán con ‘Conocimiento’; José M. Díaz con ‘Danza efímera’; Pablo Francisco González con ‘Homeless’; Iván Gómez con ‘Vuelo’ y José Luis Hinchado Morales con ‘Menina con rosa’.

En pintura, Virginia Vivas por ‘Estudio RUAN’; Jesús Martínez Flores por ‘Este viejo cielo nuestro’ y Alberto de los Ríos Moraleda por ‘Elegante decadencia’. Y en fotografía también recibieron menciones Juan Baraja por ‘St. 152 Cordiale utopie Abitative’; y María Soledad Salcedo, por ‘Senhora da Nazare’.