Aunque sigue mostrando su desacuerdo con la sentencia judicial que hizo responsable al Ayuntamiento de Badajoz del derribo del Cubo de la Facultad de Biblioteconomía, porque concedió la licencia de obras que no se ajustaba al Plan General de Ordenación Urbana, el alcalde, Francisco Javier Fragoso, va a extremar precauciones para que no pueda volver a ocurrir. Esta vez, con la obra de rehabilitación del Hospital Provincial. «El gato escaldado del agua fría huye», dijo ayer.

Fragoso hacía estas manifiestaciones a raíz de la renuncia del representante del ayuntamiento que formaba parte de la comisión técnica creada en la Diputación de Badajoz para valorar los 8 proyectos presentados para la primera fase de recuperación de este edificio, tal como informó ayer este diario. El conflicto ha surgido por el empeño del ayuntamiento en que nadie que trabaje en los servicios municipales que tienen que informar la licencia de obras puede participar en el proceso previo de elección del proyecto. Pero al mismo tiempo, tampoco el alcalde quiere mantenerse ajeno a un proceso que considera importante para Badajoz.

Fragoso señaló que la ciudad es la primera interesada en conocer «y que este debate se aclare» pues, en su opinión, se están mezclando dos posiciones muy diferenciadas: la de quienes se oponen al Plan Director por la intervención que contempla con pasajes y los que rechazan cualquier uso que no sea un geriátrico. Según Fragoso, su responsabilidad como alcalde y por tanto como institución es dejar que el dueño del edificio (la diputación) «vaya madurado» qué quiere hacer y «cuando vaya planteando cuestiones ir dando nuestra opinión», pues «no podemos entrar como institución en debates políticos», al margen de que como alcalde quiere que este edificio se rehabilite.

La comisión técnica se constituyó el 10 de enero y, según informó la diputación, está integrada por «técnicos cualificados» pertenecientes al Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Extremadura, al Ayuntamiento de Badajoz (Servicio de Coordinación y Gestión Urbanística), las direcciones generales de Patrimonio y de Arquitectura de la Junta y las áreas de Cultura y de Fomento de la diputación.

Fragoso contó ayer que manifestó al presidente de la diputación que el ayuntamiento tenía una dificultad para tener un representante en las condiciones que pedía el organismo provincial, pues solicitó un experto en planificación urbanística. Ante esta situación, el alcalde comunicó a la diputación que de la comisión no formaría parte nadie perteneciente a algún servicio que después tendrá que informar el proyecto para la concesión de la licencia de obras, «porque no podemos ser juez y parte a la vez». A su entender, si de la comisión forma parte un técnico de Disciplinia Urbanística y alguien de este departamento ha intervenido en la elección del proyecto, se produciría un problema de «incompatibilidad». Lo mismo ocurriría si es un técnico de Planeamiento y Coordinación que después tiene que comprobar si la actuación proyectada se adapta a los usos que establece el Plan General Municipal. Partiendo de estas premisas, el arquitecto que se eligió no pertenecía a estos servicios.

El problema es que la diputación seguía convocando al arquitecto que representaba al ayuntamiento como «experto en Planificación y Control Urbanístico». Cuando este técnico ha presentado su renuncia ha manifestado que él no tiene estas competencias que le atribuye la diputación y no desea malas interpretaciones. «Si la diputación sigue empeñada en que sea un experto en eso, no podría ir nadie, porque todos pertenecen a servicios que tendrán que informar con posterioridad la licencia de obras». De cualquier modo, Fragoso negó que detrás de la renuncia haya alguna valoración del contenido de los proyectos, que según dijo, aún no se han visto.

El alcalde insistió en que hay que tener en cuenta que será el ayuntamiento el que dé la licencia de obras «y cuando las cosas van mal o regular será a quien el juez le eche la culpa, como siempre, aunque no venga de nosotros el proyecto, esto es como el Cubo». Tras todo lo sucedido, Fragoso reconoció ayer que se encuentra ante una «ecuación difícil» que no se resolverá si lo que quiere la diputación «es que el proyecto venga al ayuntamiento con el visto bueno por anticipado, pues estaríamos ante un problema administrativo irregular».