El alcalde de la ciudad, Francisco Javier Fragoso, declinó ayer pronunciarse sobre la denuncia presentada en el Juzgado por la Asociación contra el Ruido Espantaperros, por la celebración de la ‘Shopping night’ la noche del pasado sábado, «porque no la conozco; solo sé lo que han publicado». Fragoso afirmó que «no voy a hace valoraciones hasta que no tenga los datos sobre la mesa. Cuando llegue al ayuntamiento podremos hablar. Son temas muy serios, por los hay alcaldes que han ido a prisión».

Asimismo, el nuevo concejal de Comercio, Ignacio Gragera, afirmó que «nos informaron el sábado de que se había interpuesto una denuncia pero no sabemos cual es el contenido exacto, hasta la fecha; no sé si se ha notificado al ayuntamiento, hasta donde sé creo que todos los permisos están en regla y se han hecho de forma escrupulosamente legal».

El teniente de alcalde dijo que «entendemos las motivaciones de la asociación de vecinos, también que la asociación de comerciantes se ha posicionado en contra y nos ponemos a disposición de todo el mundo para resolver esta situación». Su postura, añadió, es que «el ayuntamiento debe cumplir con la legalidad e intentar conjugar los intereses de todas las partes en conflicto, los vecinos tienen derecho al descanso, pero también hay una serie de actos de promoción cultural y comercial en la ciudad que tienen que ser atendidos. Haremos todos los esfuerzos para que la solución que se alcance satisfaga a todos».

Cabe recordar que el presidente de la Asociación Espantaperros, José María Iglesias, manifestó a este diario que la denuncia es por incumplir la ley, pues «no se pueden celebrar eventos en Zonas Acústicamente Saturadas», y una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que reconoce el derecho de los vecinos al descanso como consagrado en la Constitución, no así el derecho al ocio, «que carece de consagración alguna», dijo.

También Félix Retamar, presidente de la Asociación de Empresarios de Menacho, afirmó que es partidario del diálogo y que cree que un evento que se celebra una vez año, y en horas no tardías, «no me parece desmesurado».