Katherine Jackson se levantó las gafas y se secó las lágrimas. Inmediatamente, abandonó el Tribunal Superior de Los Angeles sin hacer más declaraciones que un escueto "estoy bien". Era el miércoles y la madre de Michael Jackson acababa de perder la batalla judicial contra AEG Live, la promotora de la gira que el artista preparaba cuando murió de una sobredosis de propofol y otros medicamentos el 25 de junio del 2009. Un jurado eximió a la compañía de responsabilidad en esa muerte pese a haber contratado al doctor Conrad Murray, condenado hace dos años y encarcelado por el homicidio involuntario del cantante.

La matriarca del clan veía evaporarse la reclamación de una compensación que podía haber llegado hasta los 1.500 millones de dólares (1.100 millones de euros). Y, por enésima vez, quizá por última, el rey del pop era derrotado.

Los 6 hombres y 6 mujeres del jurado que han pasado 5 meses en el proceso y han escuchado 80 días de testimonios tardaron solo 13 horas repartidas en cuatro días en tomar la decisión. Sí, AEG había contratado a Murray; pero no, no consideraban que el médico fuera incompetente o estuviera incapacitado para ejecutar. Esa conclusión hizo innecesario que contestaran las otras 14 preguntas que la juez les había planteado.

En declaraciones a las puertas del tribunal, que tras vetar durante cinco meses el juicio a las cámaras el miércoles permitió que el veredicto se retransmitiera en directo, miembros del jurado explicaron su decisión. Y algunos, como el portavoz Gregg Barden, hicieron distinciones entre lo que veían moral y lo que veían legal. "Conrad Murray tenía licencia, se graduó en un colegio médico reconocido... No significa que pensáramos que era ético", dijo.

La decisión resulta un triunfo definitivo para la segunda promotora de conciertos del mundo y sus abogados estaban extáticos y emocionados. El veredicto demuestra lo que ellos decían saber "desde el principio; aunque la muerte de Michael Jackson fue una terrible tragedia, no fue obra de AEG Live".

La promotora ha ganado pese a haber sido retratada durante las sesiones del juicio como una empresa movida por la ambición y dispuesta a explotar a un cliente vulnerable --al que los ejecutivos descalificaban como el freak --. Y quien ha perdido es Jackson, retratado como alguien excesivo y adicto. "Era una estrella acostumbrada a salirse con la suya", dijo un jurado. Hasta que murió.