Era una niña cuando conocí a Francisco Zambrano (Fuente de Cantos, 1947). Le recuerdo hablando con mi padre Marcelo presidente de la Peña Cultural Flamenca de Llerena en sus primeros pasos, hace treinta años. Amigos y aficionados compartieron ilusiones, estudios y la creación de una Federación Regional Extremeña de Peñas Flamencas, que dio numerosos frutos: 'gracias a esa iniciativa hoy podemos hablar del flamenco extremeño, con identidad propia', asegura el flamencólogo.

Francisco Zambrano ha sido y es, la cabeza visible del flamenco de nuestra región. El flamenco con mayúsculas, que es la única manera de nombrar a los cantes ya reconocidos a nivel nacional e internacional. Gracias a sus ponencias, la primera en Benalmádena en 1987, los cantes autóctonos fueron reconocidos como tales, justo al año siguiente, en el Congreso Nacional de Actividades Flamencas celebrada en Córdoba en 1.988.

Conocedor de anécdotas, testigo de tantas otras, precursor y conservador de la historia de nuestro flamenco, Zambrano recoge una de las responsabilidades más importantes de su trayectoria como flamencólogo: la coordinación del Centro Extremeño de Flamenco. Un Centro que reinicia su actividad como soporte documental del propio arte. "Es una de las actividades más importantes que asumo, por las expectativas que hay creadas en torno al flamenco en Extremadura, ante esta larga espera de inicio de actividades".

--¿Por qué es tan importante este centro?

--Es importante porque aglutinará tres medidas dentro de las posibilidades que tengamos, para mi, fundamentales. Primero: la recogida de una documentación bibliográfica y discográfica en el plano regional y nacional. En segundo lugar por la orientación, coordinación y la información que se ofrecerá tanto a artistas, como asociaciones, en el que entraría como plato fuerte el plano didáctico, ya que el Centro está encuadrado en una consejería que tiene la dualidad cultural y docente. La tercera medida sería la importante difusión de nuestro flamenco extremeño y nuestros artistas, dejando bien claro, que el Centro no es un Centro para hacer espectáculos, ni un tablao, ni nada de este tipo que no se engañen, aunque sí debe tener una labor de difusión de lo nuestro.

--¿Tanto nos queda por aprender?

--¡Es que el Centro tiene que estar abierto a los que no saben!. Está sobre todo destinado a jóvenes y escolares, con los que pretendemos establecer una interrelación, para crear una base didáctica en los jóvenes extremeños, una conciencia de que el flamenco también es cultura extremeña.

--¿Por qué el mundo del flamenco genera controversia?

--Porque es popular y tiene fácil acceso a todos. A todos, y entre todos los sectores de la sociedad.

--Sí, pero me refiero a que internamente es complicado unir criterios y hay disparidad de opiniones, en cuanto alguna iniciativa se pone en marcha...

--Yo no estoy muy de acuerdo en eso. Lo mismo que estuvimos unidos cuando creamos la Federación, el Centro puede hacer de unión y cohesión entre las misma asociaciones, independientemente de que cada una conserve su identidad. Ese es otro de los objetivos. Es que sin unión no hay nada, por separado, no somos prácticamente nada.