El fuego que se declaró ayer por la mañana en un almacén de la empresa hortofrutícola Fruvaygo, en Gévora, causó importantes daños materiales en las instalaciones, aunque afortunadamente no hubo que lamentar heridos. Las llamas se originaron en el porche de una de las naves, donde estaban apiladas centenares de cajas de madera para contener la fruta, que quedaron reducidas a cenizas. También afectaron a un camión y a cuatro remolques que estaban aparcados bajo la techumbre, que resultaron completamente calcinados, según explicaron fuentes del parque municipal de bomberos. Las cajas estaban preparadas para la próxima campaña de la fruta.

TRES HORAS / El incendio se declaró sobre las once de la mañana y no se dio por extinguido hasta cerca de las dos de la tarde. Los bomberos lograron atajar el fuego, evitando así que se propagase al interior de la nave, donde había varios tractores y maquinaria de distinto tipo, así como a otro almacén situado en la parte trasera de esta, en el que se guardan embalajes de cartón. También ayudó a frenar las llamas el muro de hormigón de la nave, que solo resultó afectada en la parte exterior, con algunos daños en el enfoscado y los ladrillos.

Fue un mecánico que se encontraba reparando un tractor dentro de la nave junto a la que se declaró el incendio el que se percató de las llamas y dio de inmediato la voz de alarma. Ayer los bomberos desconocían el origen del fuego, que provocó una intensa columna de humo visible desde varios kilómetros a la redonda. El porche bajo el que comenzó el fuego se vino abajo y los efectivos del parque municipal tuvieron que utilizar un «penetrante», aditivo que se le echa al agua, para que junto con el jabón impregnara los cuerpos sólidos y así «asfixiar» el fuego desde dentro y refrigerar al mismo tiempo, según explicaron desde el servicio.

El suceso obligó a activar el sistema de respuesta en el parque, pues hasta las instalaciones de Fruvaygo se desplazó todo el personal que estaba de guardia, diez bomberos. En las tareas de extinción se utilizaron tres vehículos pesados y fue necesario ir hasta Gévora en varias ocasiones para recargar agua, pues las instalaciones de la hortofrutícola, ubicadas en la carretera de Cáceres, a la salida de la pedanía, se abastecen mediante pozos.