Los bomberos del servicio municipal seguían ayer por la tarde con un retén de prevención en la escombrera de las Cuestas de Orinaza, tras día y medio controlando el fuego que se inició el viernes a la una de la tarde y que requirió la intervención de otros medios del servicio forestal de la Junta, maquinaria del parque de la diputación, de Fomento, de mantenimiento de carreteras y camiones de titularidad privada.

Ayer por la mañana el incendio, que no se manifestaba con llamas sino con chimeneas de humo que se abría paso entre los ripios, ya estaba controlado aunque los bomberos permanecían allí con un retén, mientras dos excavadoras, un buldózer y cuatro bañeras de la empresa Márquez trabajaban echando tierra, pues la única manera de extinguir el humo era asfixiándolo. El jefe de servicio de los bomberos reconoció que aunque en la escombrera ha habido más incendios, éste ha sido "más complicado".

Respecto a las causas, el alcalde Miguel Celdrán comentó ayer que según sus informaciones "ha sido intencionado". El humo afectó principalmente a la margen derecha aunque debido al cambio del rumbo del viento, el viernes se llegó a percibir incluso en las Vaguadas.

El alcalde descartó que a lo largo del día de ayer hubiese algún riesgo de que el fuego se extendiese porque ya había sido controlado. El problema principal era que en la escombrera hay mucho material acumulado y el fuego podía encontrarse a mucha profundidad.

Tras conocer lo sucedido, Manuel Llera, presidente de la Asociación de Transportistas de Contenedores de Obras de Extremadura (Atranscoex), que gestiona el vertedero, quiso denunciar que ha habido más incendios, provocados por gente que va allí a buscar chatarra y que, según su información, el motivo de lo ocurrido ahora han sido los restos de poda que el propio ayuntamiento ha estado vertiendo. Llera aprovechó para urgir la aprobación del pliego de condiciones para la puesta en marcha de una planta de reciclaje de ripios, que el equipo de gobierno lleva retrasando sin que se conozcan los motivos.