Empezó como una broma y se ha materializado en 14 páginas a todo color. Son las que tiene el calendario que a lo Full Monty protagonizan un grupo de amigos, todos ellos vecinos y empresarios del Casco Antiguo de Badajoz, que tienen en el bar La Corchuela su particular centro de operaciones . A unos se les ocurrió la idea y no fue difícil convencer al resto. "Lo hemos hecho sin ningún ánimo, solo para divertirnos y para que la gente se lo tome con mucha guasa", explicaba ayer Juan Guerrero, uno de estos particulares modelos .

Teniendo claro que para participar había que dejar atrás la vergüenza y estar libre de complejos, se pusieron manos a la obra. Solo tenían que posar ligeritos de ropa y las manos de Jairo González, de la sala Artex, con el ordenador hicieron el resto. Uno a uno fue componiendo el fotomontaje en el que aparecen estos singulares modelos, que lucen con accesorios que en muchos casos tienen que ver con sus profesiones (camarero, pintor, albañil...) y en otros con peticiones expresas. No obstante, hubo algunas que no se cumplieron, como la de Juan, que quiso aparecer sobre un caballo blanco y se tuvo que conformar con ir a lomos de un cerdo ibérico.

Aseguran que no hay ni trampa ni cartón ni photoshop, salvo en la fotografía del diseñador del calendario, que debió pensar aquello de que quien reparte se queda con la mejor parte y luce un escultural cuerpo.

Andrés es enero y posa con babero y rodeado de ositos de peluche. Antonio ilustra febrero con esposas, porra, gorra de policía y sujetando un perro de color rosa. Angel es la imagen de marzo, con guitarra y botijo. A Jairo le corresponde abril y solo enseña el torso y Manolo Jiménez, de vikingo y con su bandeja de camarero, muestra sus encantos como mayo.

A mitad del calendario, Ino, con una pata de jamón y un barril de cerveza, da la bienvenida al mes de junio. Una paleta de pintor, un guiño a la Gioconda y el bigote de Dalí sirven para que Cheny anuncie julio, mientras que Manolo hace lo propio en agosto como albañil, solo con pala y casco en una obra.

La vuelta al cole se ha reservado para Andrés Jiménez, que posa en la página de septiembre como striper. Ignacio ilustra octubre practicando halterofilia y Juan, de cowboy sobre un cerdo, es el reclamo de noviembre. David despide el año con gorro de cocinero y amplia sonrisa.

"El calendario nos lo quitan de las manos", contaba orgulloso Andrés, otro de los participantes. Tan buena acogida ha tenido entre familiares y conocidos que no descartan repetir almanaque para el 2012, esta vez con fines benéficos. El actual, con 100 copias en la calle, lo venden a 5 euros, "que es menos de lo que nos cuesta".